Las escuelas de formación de los partidos

La mayoría de los senadores y ministros dominicanos no cuentan con una educación universitaria en asuntos de Estado, como se ha presentado en los artículos anteriores. Buena parte de los que han recibido capacitación en el área ha sido a modo…

La mayoría de los senadores y ministros dominicanos no cuentan con una educación universitaria en asuntos de Estado, como se ha presentado en los artículos anteriores. Buena parte de los que han recibido capacitación en el área ha sido a modo de educación continua, y una vez en el ejercicio de sus funciones.

Las universidades públicas y privadas no satisfacen la demanda de formación especializada en el área, pero tampoco los partidos políticos, con vocación de reclutar ciudadanos para la participación, no ofrecen ni un entrenamiento mínimo a su militancia.

“Usted no puede promover una ideología sin educación política para los miembros del partido”, nos razonó la licenciada Yvelisse Prats de Pérez, exsecretaria de Estado de Educación y una de las fundadoras del Instituto de Formación Política José Francisco Peña Gómez, escuela política del Partido Revolucionario Dominicano (PRD). Este centro, fundado en 2005, imparte esporádicamente actividades formativas sobre historia y estatutos del PRD, Social Democracia.

También ofrece una Maestría en Ciencias Políticas con el aval académico de una universidad privada nacional.

En el caso del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), Gedeón Santos, quien fuera secretario titular de formación política, explicó que al momento de aprobar la masificación de ese partido, existía un plan estratégico para educar a la avalancha de nuevos miembros que entraría, pero esas pretensiones fueron relegadas.

Esta organización no ofrece un programa regular de formación para sus militantes nuevos ni viejos. Mientras el Instituto de Formación Política (IFP) Dr. Joaquín Balaguer, del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), se ha reactivado en los últimos años y ofrece cursos de doctrina, liderazgo y técnicas de campaña para la militancia en diferentes municipios del país. Tiene el reto de institucionalizar los programas de formación y de mantener el dinamismo que le ha impregnado su director, Eddy Martínez. 

Es que “las escuelas de los partidos políticos están teóricamente abiertas, pero prácticamente cerradas”, como expresó, apenado, el politólogo Rafael Toribio. La única formación política que no se ha descuidado en los partidos grandes es el entrenamiento electoral, sobre cómo marcar y defender el voto el día D.

Cómo pasar de un enfoque de formación al servicio de maquinarias electorales a una educación política para gobernar al servicio de los dominicanos. Lo más importante es la voluntad de la alta dirigencia de los partidos, que se expresa en los recursos económicos, humanos y tecnológicos que se dispongan para relanzar sus escuelas políticas.

Aprobado el proyecto de ley de partidos que se discute, se obligaría a los partidos a especializar en formación política el 25% del financiamiento público que cada año asigne la Junta Central Electoral, salvo año electoral.

Las actividades de formación también se podrían sustentar con la contribución voluntaria de parte de la nutrida membresía de los partidos, y con donaciones y cooperación técnica de institutos de formación y think tanks internacionales. l
El autor estudió Comunicación Social y Ciencias Políticas. Se especializa en Asuntos Públicos en París, Francia.

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