Por gadejo

Como aquí las situaciones resultan ser cíclicas, hay muchos que se han inscrito, directamente o a través de instituciones y/o “instituciones”, para optar por ser escogidos como miembros de la Junta Central Electoral, que al mismo tiempo lo…

Como aquí las situaciones resultan ser cíclicas, hay muchos que se han inscrito, directamente o a través de instituciones y/o “instituciones”, para optar por ser escogidos como miembros de la Junta Central Electoral, que al mismo tiempo lo han hecho en procura de que se les considere para integrar la Cámara de Cuentas. Y siguiendo en esa onda, si no son escogidos ahora, se postularán, o serán postulados, para optar por las posiciones que el Consejo Nacional de la Magistratura tendrá que bailotear en breve de la membresía de las denominadas Altas Cortes. Es como si fuera el hobbie del momento. En ocasiones, más bien en la mayoría de las ocasiones, esos “aspirantes” saben de antemano que no tienen calificaciones ni la más mínima oportunidad de competir, “pero lo importante es sonar”. Un viejo amigo, que está inscrito para optar tanto para la JCE como para la Cámara de Cuentas, me confesó que lo ha hecho “por estar en el medio” pero, en realidad, sin ninguna expectativa de ser escogido. “Como yo hay muchos, pero debes saber que este es un país donde al que no suena no lo toman en cuenta para nada”. Quiérese decir entonces, que en esto hay mucho de gadejo (ganas de jo…).

En remojo

Aunque el presidente Danilo Medina dijo a los periodistas en el Palacio Nacional, al juramentar a los beneficiarios de la más reciente designación masiva de funcionarios, que “por ahora ya no hay más decretos”, muchos que ocupan posiciones gubernamentales desde hace mucho saben que los están velando y que tienen sus barbas en remojo, no obstante ser lampiños. Inclusive, algunos aliados de los que forman parte del llamado Bloque Progresista tienen todo recogido en sus despachos desde antes de la rejuramentación de Danilo y no se hacen muchas ilusiones, en el entendido de que de cualquier “quítame esta paja”, ¡riiiáaan!, serán relevados. Lo grande es que los hay que son tan pechuces, que sabiéndose en vela, abrigan aspiraciones de ser elevados de categoría en la Administración. ¡Unjú, anjá…!

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