El análisis de Intec

La escuela de economía de la Universidad Intec ha presentado un interesante análisis global sobre la economía dominicana con un particular enfoque de la deuda pública.
Según el informe, de corte y origen académico, la deuda pública dominicana se aproxima al umbral de riesgo, pues de un equivalente de 38 por ciento del producto interno bruto (PIB) al cierre del año 2016, se proyecta con una tendencia a superar la barrera del 40 por ciento. Y según cita la escuela de economía de la importante universidad privada, una ponderación deuda/PIB que sea igual o mayor a un 40 por ciento, “es considerada la línea de peligro de sostenibilidad para organismos internacionales y agencias de calificación de riesgo”.
La advertencia de crisis en proceso que contiene el informe no la comparte el Gobierno, a juzgar por la reacción del ministro de Hacienda, Donald Guerrero Ortiz, quien es el jefe de la política fiscal estatal. Según el funcionario, las estadísticas citadas en el informe de la academia privada no coinciden con las oficiales del Ministerio de Hacienda. Pero el planteamiento de la universidad, más que un juicio consolidado de un grupo de académicos, debe implicar una advertencia o alerta acerca de un tema que proyecta ser o convertirse en la principal preocupación de amplios sectores del país, en materia económica.
El análisis no se limita a la deuda del sector público no financiero, que es en esencia la deuda del Gobierno Central. Plantea y mide el impacto de los compromisos asumidos por el Banco Central en su política de recoger los derrames financieros originados en la colocación de títulos cuya fase inicial data de la crisis bancaria ocurrida en el país en los años 2003-2004. Esa es una historia cuya secuela es una deuda que ya ronda los 430 mil millones de pesos y que según el análisis de la escuela de economía de Intec representa “una carga permanente y creciente, con un altísimo costo operativo”.
Desde el sector oficial no debe verse el análisis de Intec como una crítica de esas que frecuentan hacer los políticos opositores, sino como una contribución al debate de un tema que necesariamente habrá que tratar, tarde o temprano. l