Encadenar la industria

El viejo recelo que se incubó con efecto negativo en las relaciones entre la industria manufacturera local y el sector de las zonas francas parece que definitivamente ha quedado en el pasado, sepultado en el olvido.Y era de esperarse…

El viejo recelo que se incubó con efecto negativo en las relaciones entre la industria manufacturera local y el sector de las zonas francas parece que definitivamente ha quedado en el pasado, sepultado en el olvido.

Y era de esperarse que así ocurriera, pues mantener ese distanciamiento era una absurda decisión que a lo único que contribuía era a desaprovechar grandes oportunidades para hacer negocio entre las partes.

Se alegaba, desde la industria local, que el sector tenía desventajas competitivas, especialmente en materia impositiva, frente a las empresas que operan bajo el esquema de zonas francas.

El argumento pudo haber tenido cierto viso de razón si las empresas de zonas francas destinaran su producción para el mercado local. Pero producen para exportar. Y una ley relativamente joven les concedió la opción para destinar una proporción de su producción para el mercado doméstico, con la condición de pagar los impuestos correspondientes, como forma de evitar ventajas competitivas de un sector sobre otro.

Esa decisión legislativa se unió a iniciativas sectoriales, promovidas y apoyadas por el Estado desde sus agencias vinculadas al quehacer empresarial, que ha dado paso a un decidido esfuerzo en procura de producir sinergias entre los sectores que integran la industria local y las zonas francas.

El fin de semana que acaba de concluir fue realizado el Segundo Encuentro regional entre zonas francas e industria local, en el cual se dieron cita más de 30 empresas, con más de 200 reuniones de negocios.

Fue un encuentro de negocios en la región Norte, donde se concentra una importante proporción de las zonas francas que operan en el país. Empresas locales y de zonas francas buscan con esos encuentros fomentar la integración de redes de negocios, que faciliten a las manufacturas locales suplir de materias primas e insumos a las zonas francas.

Esa iniciativa, que gana terreno a medida que los sectores involucrados entienden que pueden complementarse y convivir haciendo negocios, está llamada a mejorar la competitividad tanto de las zonas francas como de las industrias locales.
Es una actitud racional, que asume la filosofía de que es mejor negociar que pelear, más en el mundo empresarial. l

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