Ánimo y decisiones
El “malcomío no piensa” porque la mala nutrición afecta el adecuado desarrollo humano y en función del malestar anímico, además. No está emocionalmente bien quien siente hambre y estados de ánimo negativos tienen efectos dañinos en la capacidad de pensar y tomar decisiones; estados de ánimo positivos tienen el efecto opuesto.

“Cuando estamos de buen humor, pensamos mejor: tomamos en cuenta más posibilidades y estamos abiertos a consideraciones que de otro modo no se nos ocurrirían; descubrimos conexiones sutiles entre fragmentos de información que de otro modo pasaríamos por alto”, dicen investigadores.

Pensamos mejor cuando nos sentimos bien. Abocados a una decisión importante, nos coloca en la vía de elegir correctamente.
[email protected]

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas