Sanear la UASD

Después de una huelga durante tres semanas, las partes enfrentadas en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) llegaron a un acuerdo. Fue una jornada irracional que empezó mal, porque aunque los profesores dicen que agotaron todas las vías&#823

Después de una huelga durante tres semanas, las partes enfrentadas en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) llegaron a un acuerdo. Fue una jornada irracional que empezó mal, porque aunque los profesores dicen que agotaron todas las vías para alcanzar su propósito mediante el diálogo, la realidad sugiere que no hicieron lo suficiente, porque ni siquiera fueron capaces de ganarse la opinión favorable de toda la familia universitaria y menos del pueblo.

La confrontación debe dejar aprendizajes. El principal que nunca se aprende, y es que por más difícil que pudiera ser un diferendo siempre debe hallarse una solución antes de proceder al último recurso, la paralización.

Una segunda cuestión que deja la huelga es una oportunidad que no debe quedarse en palabras. La UASD debe ser saneada. Como ha de suponerse, ese saneamiento no se le impondrá desde fuera. Tendría que ser un poderoso movimiento interno que conduzca a ese fin.

Los profesores deben hacer un grave compromiso con ese propósito. Los gastos en nómina y “administrativos” provocan escozor y lamentablemente sólo se citan como motor para reclamos, sin que de verdad haya un interés en que se produzca una reestructuración de la gestión universitaria.

El movimiento, en una primera fase no tendría que abordar la enseñanza, calidad y recursos utilizados. Tendría que concentrarse en la forma como se gastan los dineros que ingresan a la institución. Es versión socorrida de que cada rector crea una nueva nómina de sus favorecedores de la campaña. También se cita como una causa del crecimiento de la nómina los sobresueldos que reciben los exrectores y los llamados “enlaces” del rector por cada ministerio del Estado.

Los recursos, en vez de destinarse a los objetivos fundamentales sirven para otros propósitos, incluso mercuriales, de acuerdo con la queja del movimiento “Profesores y Profesoras de la UASD”. Todo debe ser transparentado para una adecuada distribución del gasto, y si fuese posible, la inversión.

Quiera Dios que así sea y se imponga la racionalidad mediante el saneamiento de tan importante institución. Es una simple rogativa, porque la espesura del bosque universitario es cada vez más densa, intransitable…

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