La Vicepresidenta Administrativa y de Finanzas de la compañía de soluciones de negocios Synergies comparte su rol empresarial con la labor social

Soraya Checo de Álvarez apuesta a la educación y a una calidad de vida digna como garantes de una mejor sociedad, por lo que, a través de los años, ha hecho emprendimientos sociales como estancias infantiles, que han sido replicados por el Gobierno.
Fundó el centro educativo y comunitario Ciudad Santa María (CISAMA), con la idea de darles oportunidad a niños de escasos recursos de tener una educación al nivel de la que recibieron sus hijos, iniciativa que fue apoyada por diversos sectores, y hoy día cuenta con estancia infantil, escuelas públicas bilingües, liceo, politécnico, policlínica, iglesia, anfiteatro y otras facilidades. Este es un plan piloto, realizado por etapas en los diez años que lleva operando, que espera sea copiado en distintas partes del país.

1. Motor
Entre los momentos que marcaron mi vida, están los recuerdos de pequeña con mi papá. A él le gustaba hacer anécdotas de todo lo que tuvo que luchar para llegar a tener algo. Mi familia viene de San José de las Matas, mi padre era un hombre muy humilde, me comentaba que tenía que ir de Inoa a pie como 12 kilómetros a la escuela, esas cosas marcaron mi vida, porque mi vida fue muy diferente. No se me olvida que cuando llegaba del trabajo se sentaba conmigo y con mi hermano, soy la mayor, después va un varón, fuimos los que más disfrutamos de esa etapa de mi papá contándonos las anécdotas de lo difícil que fue y lo importante que era para él la educación. Mi papá quería que nos quedáramos trabajando en la finca de la familia, porque tenían una posición relativamente buena, mi abuelo tenía el único colmado de la zona, pero mi papá trabajaba en el campo con sus hermanos, y mi abuela insistió mucho, porque quería que sus hijos tuvieran otra vida, por eso la importancia que mis hermanos y yo le dimos a la educación”.

2. Matrimonio a corta edad
Me casé muy joven, Carlos Manuel Álvarez le dijo a mi papá que se quería casar conmigo cuando yo estaba en tercero de bachillerato. Mi papá lo que hizo fue reírse, le dijo tú estás loco, de ninguna manera, inclusive cuando Carlos Manuel me pidió, yo no estaba en casarme, tenía planes de irme a estudiar fuera, pero cuando uno se enamora y esos hombres tienen labia uno acepta. Papi negoció, le dijo que cuando yo terminara el bachillerato, hablaban de matrimonio. No se me olvida que nos fuimos una Semana Santa a comprar mi ajuar, porque me casaba en mayo. Preparé el discurso de graduación en la luna de miel en Hawái, entonces a la semana de regresar tuve mi graduación, mi papá desfiló conmigo obviamente”.

3. Experiencia de vida
Nos fuimos a Cleveland a estudiar a la universidad, Carlos Manuel a hacer su maestría y yo el College. Esa fue una experiencia enriquecedora, maravillosa, supimos lo que era ser emigrante, en una universidad donde había estudiantes de muchos países, no fue fácil no tener a nadie. Allá tuvimos a Jean Carlos nuestro hijo mayor, él cuidaba al niño en la mañana cuando iba a la universidad, y yo me quedaba con él desde las cuatro de la tarde hasta que él llegaba en la noche. Eso nos preparó para los momentos difíciles y los buenos como pareja. Recuerdo que vivíamos en un apartamento sin muebles, le compramos a un estudiante un comedor de 4 sillas, y a otro un carro que nos dejaba donde quiera, una camita y dos sillas. Un día, papi fue un día a visitarnos, entonces me dejó dinero, me dijo cómprate un colchón nuevo, sabrá Dios cuánta gente se han muerto en ese colchón. Son anécdotas que le hacemos a nuestros hijos para que sepan que la vida no es fácil”.

4. Capacitación
Los otros tres hijos nacieron aquí, solo duramos dos años fuera, vine a la PUCMM a terminar la carrera de Administración de Empresas, luego hice una maestría ya con los demás muchachos, en una alianza que había de la universidad de Quebec de Montreal, venían profesores de Canadá. Continúe dándole preponderancia a la educación aun después de tener mis hijos, leí un libro llamado The World is Flat, que corroboró mi forma de pensar de que hay que mantenerse estudiando si no quieres ser comido en el transcurso. Los puestos son reemplazables, pero a medida que te capacitas te hace menos reemplazable”.

5. Modelo a seguir
Cuando Carlos Manuel ocupó la presidencia de la Asociación de Zonas Francas, me ocupé de la parte comunitaria, creé el Comité de Damas, empezamos con una estancia infantil en alianza con el Seguro Social, y con una monjita de Las Hermanas Dolorosas, que conocimos en mi casa. Casualmente llegó el director ejecutivo de una institución en Estados Unidos, le dije que me interesaba hacer algo, y eso fue lo primero que hicimos, un centro donde las señoras de zona franca podían dejar sus hijos mientras trabajaban. Carlos Manuel pasó a presidir la Asociación Dominicana de Zonas Francas, y a través de los parques de distintas partes del país hicimos un desfile con Óscar de la Renta, él fue extremadamente generoso, porque creía en la educación y en la ayuda a la niñez. Con ese fondo donamos a cada parque de Zona Franca un capital semilla para que crearan centros de cuidado infantil, modelo que luego el Gobierno replicó”.

6. Emprendimiento social
Una vez vino el sacerdote Juan Azcona de España a una iglesia que construyeron mis padres en la Otra Banda, vio unos terrenos alrededor y preguntó de quiénes eran, le dijeron que de doña Tatica, mi mamá, entonces se reunió con ella y le dijo que quería hacer una escuelita, porque los niños andaban en la calle, mi mamá le respondió que estaba muy vieja, que ya he hecho mucho, que hablara conmigo. Mami me contó, entonces lo primero que hice fu invitar a la directora ejecutiva de la Asociación de Zonas Francas, junto a Ángela María, una colombiana que nos ayudó a construir los centros de cuidado infantil, escuchamos las ideas del padre, pero no cuajó que se hiciera con la zona franca. El padre se tuvo que ir a Perú y me escribía de allá, pasaron meses y le dije padre ore por mí para que Dios me abra el discernimiento. Comencé a orar también, desde los 14 años iba sola a misa y sentía que me daba paz. Las puertas se fueron abriendo, comencé a llamar gente e hicimos un voluntariado, vi a Ciudad Santa María como un proyecto de emprendimiento social, es exactamente lo mismo que emprender un negocio, tienes que buscar fondos, no para crear riquezas económicas, pero sí de capital humano”.

7. Huellas
Muchos de nuestros niños están estudiando en la PUCMM con el fondo de becas que tenemos, a través de la Fundación Synergies Cares, que le otorgamos al mejor estudiante. Iniciamos con una escuelita de cinco aulas, y fuimos agregando aulas y niveles gracias al Ministerio de Educación, pero para crear el bachillerato tuvimos que seleccionar niños de fuera, quienes se quemaron en el examen de admisión. Pero había que empezar, entonces decidimos darles clases en el verano, contratamos profesores y conseguimos voluntarios que se pusieron a darle clases a esos muchachos para que pudieran entrar a la secundaria. Hay un caso de un joven, le decíamos el Boli, que no era muy buen estudiante, a quien su padre llevó, porque escuchó del proyecto, pero él no quería ir, porque estaba enamorado de su otra escuela, yo daba clases en ese momento, lo vi convertirse en el vocero del curso y cómo se ganó la beca, estudia Medicina y su índice es de 3.6. Era un muchacho que no hubiera sido admitido en otra escuela, porque todos estaban quemados, la educación le cambia la vida, le da oportunidades”.

8. Prueba
Todos tenemos pruebas, pero una que nos marcó fue la de nuestro segundo hijo Federico Carlos, cuando tenía 15 años le salió una pelotita en una rodilla, lo llevamos al médico, quien nos recomendó llevarlo fuera a operarlo. Nos fuimos a New York a un hospital especializado en huesos. Tras la cirugía y biopsia, el primer diagnóstico que nos dieron fue cáncer, Carlos Manuel se me derrumbó, decía nunca le he hecho daño a nadie; volvió al hospital y pidió que le hicieran otra biopsia y no era cáncer, era otra enfermedad llamada Giantcell, unos tumores que le iban a ir saliendo en diferentes partes del cuerpo hasta que le llegaba al pulmón o al corazón y ahí se iba a quedar, porque era inoperable en ese tiempo. Llegamos a Santiago con nuestro muchacho, recuerdo que me llevaron el libro Rayo de Luz, comencé a leer la palabra diaria y eso cambió mi vida y la de mi esposo. Federico Carlos tiene 34 años, durante ocho años monitoreándolo y jamás le ha vuelto a salir un tumor”.

9. Rescate del CCDA
Mi suegro, don Federico Carlos, fue quien creó junto con la Embajada Americana hace más de 50 años el Centro Cultural Domínico Americano, fue presidente por muchos años hasta que la embajada puso otras personas a dirigirlo. La entidad tuvo serias dificultades económicas, la iban a cerrar, la embajada americana llamó a mi suegro para ver si podía ayudar, entonces don Federico acudió a llamar a Carlos Manuel, nos reunimos y dijimos no se podría cerrar, porque es un activo para la ciudad. Se lo presentamos a varios empresarios y nadie quería sacar de sus bolsillos, entonces hicimos una lista para ver cuales empresarios podían ayudarnos, Carlos llamó a Manuel Estrella, que primero le dijo que no, pero después lo llamó y le dijo vamos a hacerlo, búscate la mitad de la gente que yo busco la otra mitad, y así lo hicimos. En ese momento, Manuel me dijo pero yo quiero que te ocupes de la parte de desarrollo del instituto, llamaron a varios empresarios y entre todos rescatamos el Domínico”.

10. Mujeres que cambian el mundo
Recibir el premio Mujeres que Cambian el Mundo del Banco BHD León fue un honor, me abrieron una cortina a un mundo donde tuve el privilegio de conocer un grupo de mujeres de diferentes campos que están haciendo la diferencia en su comunidad. Gente muy humilde que han creado cooperativas, proyectos ecológicos, de educación, en área de niños especiales, les prometí conocer sus proyectos, porque algunas necesitan apoyo, pero por problemas de salud no he podido ir. En enero quería visitar a Mirqueya Guzmán, que tiene un proyecto bellísimo de niños con discapacidades, con muchas precariedades, pero no puede, pero a través de la fundación Synergies la ayudamos”.

Educar crea riqueza de capital humano

Con la educación se crea una riqueza de capital humano, en la que salen beneficiados todos: las familias, la comunidad, la región, el país, los empresarios…

A medida que tenemos una población más educada, seremos más competitivos como país, porque tendremos personas que van atender y entender mejor los procesos de las industrias del turismo, del tabaco, hasta para el asunto de limpiar una oficina no es lo mismo una persona que haya estudiado, que cuando limpia un baño tiene que firmar un documento, porque hay una certificación que obtener. Por eso es importante lo que estamos haciendo con la educación, no solo nosotros, hay muchos proyectos lindísimos que no se conocen. El futuro del país es cada vez más competitivo e incierto. La única carta que tenemos que jugar, que nos de éxito a corto, mediano y largo plazo, es la educación de nuestra gente.

Frutos
Tenemos 1,700 niños y jóvenes estudiando en CISAMA en diferentes niveles, hasta terminar en el politécnico donde se gradúan en áreas como enfermería, tecnología y Administración Tributaria.

Misión
Nuestra misión es hacer niños y jóvenes felices, lo más importante es ser feliz. Mucha gente tiene muchísimo dinero y no lo es porque no tiene salud o porque solo dio importancia al dinero.

Petición
Desde hace muchos años pido fe, paz, salud y sabiduría, y en estos últimos seis meses he pedido mucho por mi salud, y me estoy sanando”.

Sacrificio
Hay que trabajar mucho, ponerse metas, ser disciplinados y estudiar mucho para uno poder disfrutar de una vida más holgada”.

Democracia
A través de la educación, conocemos el derecho a exigir cosas que deben hacer las personas que elijamos para que manejen nuestro país”.

Circunstancias
Si uno se educa las oportunidades se van dando, hay muchas formas, lo que tiene que salirse de la forma cuadrada de pensar y soñar”.

Posted in 10 Momentos

Más de gente

Las Más leídas