¿Que el australiano Jeff Horn ahora es campeón del mundo en el peso welter? Pero por favor,”no me hagan reír que mis labios están partidos”. Esa sería la respuesta, algo sarcástica, que podría dar a la pregunta que da inicio al presente artículo y que se basa en lo que califiqué como “un asalto en Australia”.
Jeff Horn, el imberbe boxeador australiano, la madrugada del pasado domingo fue favorecido con una decisión mostrenca ofrecida por tres irresponsables jueces (¿?).
Lean los nombres de los tres oficiales, porque deben conocerlos para cuando en otra ocasión vean sus nombres sepan que en realidad no son jueces…¡que son aprendices! O son oficiales vendidos.
Sus nombres: Waleska Roldán, Chris Flores y Ramón Cerdán. Roldán marcó 117-111, mientras que Flores y Cerdán votaron 115-115, todos a favor del vapuleado Horns. ¡Qué barbaridad!
Todo el universo del boxeo -entre los que figuran periodistas, expertos, promotores, entrenadores y boxeadores, así como millones de fanáticos- vieron ganar a Manny Pacquiao. Solo estos oficiales creen que ganó Horn sobre el filipino.
Al reflexionar sobre el resultado del combate por el campeonato welter de la Organización Mundial de Boxeo, y que fue transmitido -en directo desde Australia- por el canal CDN Sports Max, en mi tarjeta anoté 116-112, a favor de Pacquiao.
En la crónica que escribí tras el mostrenco resultado de la pelea, reseñé que en el noveno round, con una recia ofensiva -puños de todos los “calibres”, especialmente el gancho de izquierda- el filipino puso en serios problemas al australiano.
Producto de los duros golpes de Pacquiao, Horn tenía su ojo derecho atropellado. De su ojo derecho emanó mucha sangre.
Las estadísticas no mienten
Después de ese inesperado fallo, en las redes sociales “llovieron” los comentarios en desacuerdo con el veredicto de los jueces.
Pero miren las estadísticas de Compubox: Golpes lanzados por Jeff Horn: 667. Golpes conectados, 93 para un 13%. Golpes lanzados por Pacquiao, 574. Golpes conectados: 183 para un 32 por ciento. ¡Más claro!, ni el agua cristalina.
Es evidente que a Pacquiao le robaron la pelea.