James quiere que se juegue en la NBA. Tiene la oportunidad de coronarse y eso significaría mucho en su carrera

LeBron James quiere que se reanude la campaña de la NBA y tiene una razón de peso para pensar de esa manera. Los Lakers cuentan con una oportunidad real de ser campeones en este 2020. Claro está, el camino es complicado y la batalla será intensa.

A sus 35 años y 17 campañas, no debe pedir más. Por eso es entendible que, sin alejarse de las causas sociales que ha apoyado a lo largo de su carrera, su principal punto en agenda en estos momentos sea prepararse para finales de julio, cuando el mejor baloncesto del mundo tiene planificado recomenzar la estación que en marzo fue castigada por el coronavirus, la pandemia que ha azotado el mundo.

La ruta hacia la final de la NBA estará muy complicada para cualquier equipo, no solo para James y los Lakers, que operan en la exigente Conferencia Oeste, donde hay varias tropas con la capacidad de amargarle el rato a cualquiera.

Los Clippers de Los Angeles, que comparten el Staples Center con los Lakers, es uno de esos conjuntos con el talento para vencer a la escuadra de LeBron en una serie de postemporada. Los Lakers encabezan el Oeste y su División del Pacífico con marca de 49-14. Luego, en ese mismo orden de Conferencia y División, van los Clippers con registro de 44-20.

En los Lakers hay mucha dependencia de James y su compañero Anthony Davis, sin caer en el irrespeto a sus demás compañeros, mientras que los Clippers poseen más profundidad. Kawhi Leonard, Paul George, Lou Williams y Patrick Beverly, entre otros, conforman un núcleo complicado.

Más competencia

El Oeste no es solo terreno de los equipos de Los Ángeles. Por ahí están Utah, Denver y Houston, entre otros, que reúnen los elementos para ablandar a cualquiera en una serie de postemporada.

LeBron, que cumplirá 36 años en diciembre, sabe mejor que nadie que si no se juega este año se le esfumaría un chance de lujo para sumar puntos de calidad a su hoja de vida en la liga.

Su desempeño estadístico es de primera. Es líder del circuito en asistencias con 10.6 y promedia 25.7 puntos por partido. Hay que quitarse el sombrero ante el rey. Sin embargo, son otros los números que deben tener residencia permanente en sus pensamientos.

Para su legado, valdría mucho cambiar esa marca de 3-6 en la final de la NBA. Sumar un cuarto anillo lo elevaría más en el “olimpo” del baloncesto. Y si puede lograr que se celebre una corona en la tierra de los Lakers por primera vez desde 2009-10, serán otros los niveles.

Por eso, LeBron quiere que se juegue. Hay que entenderlo. El tiempo avanza y la oportunidad actual es genuina.

Los Lakers tras igualar con los Celtics de Boston

El fenecido Kobe Bryant fue la figura dominante de la tropa de los Lakers que se impuso en la estación 2009-10. Recibió la gran ayuda de Pau Gasol, entre otros, pero Kobe fue el Jugador Más Valioso de esa final.

En esa contienda, los Lakers derrotaron en siete partidos a los Celtics de Boston, sus rivales históricos en la NBA.

Esa fue la corona 16 para el conjunto de Los Ángeles, que se colocaron a uno del primer lugar histórico que ocupan los Celtics.
LeBron James, un conocedor de la historia de la liga, está al tanto del significado de un título más para los Lakers.

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