Las ligas más importantes de Estados Unidos han respaldado en los últimos años el multimillonario negocio de las apuestas deportivas

Nueva York.- La relación cada vez más estrecha entre el mundo de las apuestas y el deporte ha encendido las alarmas en los últimos días en Estados Unidos, donde escándalos como el que ha salpicado como presunta víctima a Shohei Ohtani en la MLB o la investigación en torno a Jontay Porter en la NBA han ilustrado lo preocupantemente difusa que parece la frontera entre las apuestas y la competición.

Las ligas más importantes de EE.UU. han abrazado y respaldado en los últimos años el multimillonario negocio de las apuestas deportivas.

Como ejemplo, la NBA anunció la semana pasada que NBA League Pass, su plataforma de ‘streaming’, incluirá opciones para apostar en directo mientras se ven los partidos.

Otro dato llamativo es que el último convenio colectivo de la NBA permite a los jugadores invertir en compañías de apuestas (hasta un máximo de un 1%) y promocionar empresas del sector sin hacer explícitamente publicidad de apuestas relacionadas con la NBA.

Lejos del imaginario tradicional del juego ilegal o solo en lugares concretos como Las Vegas, el universo de las apuestas está ahora mucho más relacionado con las plataformas de internet, que hacen extremadamente sencillo jugarse dinero en competiciones deportivas.

Según la Asociación de Apuestas de EE.UU. (AGA), se pueden hacer apuestas deportivas de forma legal en 38 estados y en el Distrito de Columbia y el negocio es absolutamente mastodóntico: casi 120.000 millones de dólares se apostaron en 2023, lo que supuso un 27.8 % de incremento respecto a 2022.

Ese gigantesco volumen podría ser aún mayor si incluyera a los dos estados más poblados de EE.UU., California y Texas, en los que por ahora no son legales esas apuestas. También se encuentra fuera Georgia, uno de los diez estados con más habitantes del país de las barras y las estrellas.

Los incentivos económicos son obviamente evidentes para las ligas, pero su relación cada vez más cercana con las apuestas no solo puede afectar a la pureza de la competición y levantar sospechas sobre el deporte en sí, sino que también puede estimular efectos muy perjudiciales y peligrosos a escala social (adicciones al juego, problemas de salud mental, actividad criminal y otros problemas).

En este sentido, gran parte de esos debates en torno a las apuestas deportivas ha salido estos días a la luz con noticias que han afectado a la MLB y la NBA.

Ohtani y las “mentiras” del traductor

La MLB debería estar viviendo esta semana con enorme expectación el ‘opening day’ del jueves 28 de marzo con el que dará el pistoletazo de salida a su temporada 2024.

Pero en cambio, la atención de las Grandes Ligas está puesta en Ohtani y un escándalo de apuestas en el que el japonés asegura ser la víctima de un rocambolesco engaño. Ohtani es un prodigio generacional, la estrella más importante del béisbol en estos momentos y un extraordinario talento de doble vía (lanzador y bateador) que este verano firmó por Los Ángeles Dodgers con el mayor contrato en la historia del deporte: 700 millones de dólares por 10 años.

Los Dodgers ya eran uno de los grandes aspirantes al título, pero con el genio japonés han dado forma a una plantilla mayúscula y repleta de figuras.

Sin embargo, lo que parecía una campaña para soñar con la gloria en Los Ángeles se torció la semana pasada con el despido de Ippei Mizuhara, traductor y amigo cercano de Ohtani, por un escándalo de apuestas en el que hasta 4.5 millones de dólares de las cuentas bancarias del jugador, según la cadena ESPN, fueron a parar a un corredor de apuestas ahora investigado por autoridades federales.

Mizuhara aseguró en primer lugar que sus deudas en el juego las había pagado el jugador, pero posteriormente sostuvo que Ohtani no sabía nada de aquello y que no hizo las transferencias. La MLB ha abierto una investigación al respecto. Este lunes, Ohtani compareció ante los medios, sin admitir preguntas, y aseguró ser la víctima de un engaño. “Nunca aposté en el béisbol o en otro deporte y nunca le pedí a nadie que hiciera eso en mi nombre (…). Ippei ha estado robando dinero de mis cuentas y ha contado mentiras”, afirmó.

La investigación a Porter en la NBA

La semana pasada, el entrenador de los Cleveland Cavaliers, J.B. Bickerstaff, lanzó un sereno pero contundente mensaje que se escuchó en cada esquina de la NBA cuando contó que había recibido amenazas por teléfono de apostadores. “Algunos de esos apostadores deportivos consiguieron mi número de teléfono y me enviaron mensajes de texto locos sobre dónde vivo, mis hijos y todo eso. Este es un juego peligroso y es una fina línea sobre la que estamos caminando, sin duda”, advirtió.

“Trae presión extra y una distracción al deporte que puede ser difícil para jugadores, entrenadores, árbitros y todo el mundo involucrado. Y creo que tenemos que ser muy cuidadosos con cómo de cerca dejamos que esté a este deporte y con la seguridad de todos. Tenemos que ser extremadamente cuidadosos protegiendo a todos”, agregó el técnico.

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