La noche del pasado 20 de mayo, en el Madison Square Garden de Nueva York, el boxeador dominicano Félix Díaz Guzmán no pudo ver cristalizado su gran sueño: Ser campeón mundial.Había aceptado, y fue correcto, enfrentar al estelar púgil estadounidense Terence Crawford para disputarle el cinturón mundial del peso welter junior (140 libras).
Crawford, quien sigue invicto (ahora 31 victorias sin fracasos y 22 triunfos por nocaut), no tuvo mayores problemas para salir airoso y consolidarse como uno de los grandes del pugilismo moderno. Mucha gente en la calle, en la víspera del combate, me consulta respecto a la posibilidad del quisqueyano de anexarse la corona ante Crawford. Siempre di esta respuesta: “En el boxeo la sorpresa siempre está presente… por tanto una victoria, por sorpresa, nunca la debemos descartar”.
Además, Díaz Guzmán, en su serio compromiso con el estadounidense, “nada tenía que perder y mucho que ganar”. Como una forma “romántica” de motivar a nuestro medallista de oro en las Olimpíadas de Beijín en el 2008, escribí el día de la pelea que “la gloria en el deporte siempre hay que buscarla”.
Aquí algunas de las líneas de mi trabajo: ¡A la gloria van los buenos, los optimistas… porque los malos, los malvados, los escépticos e incluso los que no se alistan para ver materializados sus éxitos (aquí en la Tierra), no tienen derecho a encontrarse con la cima!
Todavía puede lograrlo
Guzmán, un joven boxeador dominicano nacido en el marginado sector de Sabana Perdida -de la parte Oriental de Santo Domingo-, es todavía joven. Por lo tanto nadie debe descartarlo. Esto es, creer que él no pueda lograr su sueño de ser monarca del mundo.
Muchas veces los grandes pierden batallas, pero no la guerra. Puede ser el caso de Díaz Guzmán quien presenta foja de 19 victorias y solo dos derrotas. Dos fracasos sufridos ante dos campeones del mundo.
Mi exhortación es que siga adelante. Quitar del espinoso camino todas las piedras que puedan estar.
Con perseverancia y disciplina, pero aceptando las orientaciones de sus apoderados y técnicos, puede alcanzar la cima.
¡Siempre se puede!