La albiceleste se vio forzada a sobrevolar por las calles de Buenos Aires debido al mar de gente que se congregó para festejar a sus campeones de la Copa Mundial

La fiesta para recibir a los jugadores de la selección argentina con la Copa del Mundo terminó ayer antes de lo que hubieran deseado los fanáticos agolpados en las calles por millones.

El desfile en autobús del plantel con el trofeo mayor tuvo que ser suspendido y los campeones fueron trasladados en helicóptero de regreso al predio deportivo del cual partieron debido a la marea de aficionados que se volcó a la vía pública.

La caravana terrestre con los campeones del Mundial de Qatar se convirtió en aérea, en medio de una confusa organización por la falta de información sobre cuál era su trayecto exacto.

Soslayando los cuestionamientos que surgieron al respecto, el presidente Alberto Fernández celebró “el modo en que el pueblo se volcó a las calles para homenajear a nuestra Selección y al equipo técnico”.

“Millones de argentinos y argentinas en las calles, en un diciembre distinto, que quedará para siempre en nuestros corazones”, dijo el mandatario en su cuenta de Twitter.

Tras salir al mediodía del predio de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), en las afueras de Buenos Aires, el autobús descapotable con el plantel recorrió varios kilómetros por una autopista mientras decenas de miles de personas que portaban grandes banderas de Argentina vitoreaban a sus héroes deportivos desde los márgenes de la ruta y edificios cercanos. Más de cuatro horas después y a medida que más y más fanáticos se sumaban a la celebración copando los alrededores de Buenos Aires y varios barrios capitalinos, los jugadores fueron trasladados a un predio donde abordaron varios helicópteros. Después de sobrevolar puntos clave de Buenos Aires donde se habían congregado aficionados, los helicópteros que los trasladaban regresaron a la sede de la AFA, según informó la Policía Federal.

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