Con la lengua afuera y sin la cadencia habitual de su pedaleo, las esperanzas de Chris Froome de un quinto título del Tour de Francia se diluyeron lentamente.

En la neblina que cubre el Col du Portet (considerado como el segundo ascenso más brutal en la historia del Tour ) Froome flaqueó en la temida etapa 17 en los Pirineos ayer. Su rendición deja a Geraint Thomas, su compañero en el equipo Sky, más firme como dueño de la casaca amarilla.

Froome cruzó la meta en el octavo puesto, 1 minuto y 35 segundos detrás del ganador de la etapa, el colombiano Nairo Quintana, y se deslizó del segundo al tercer puesto general, rezagado a unos distantes 2:31 de Thomas.

Quintana se impuso en la etapa tras protagonizar un ataque en solitario. Fue su segunda victoria de etapa en la ronda gala y primera desde 2013. Tras una etapa 18 menos ardua hoy, los Pirineos depararán otro tramo montañoso el viernes, seguido por una contrarreloj individual el sábado y el final el domingo en París.

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