La inmortal del deporte habla de las vicisitudes que enfrentó en un deporte que solo estaba reservado para hombres

Miosotis Heredia tiene un capitulo bien reservado en la historia de la halterofilia dominicana. Ella fue de las pioneras en romper con el estereotipo que para los años 90 existía de que las mujeres no podían incursionar en este pesado deporte.

La recién inmortalizada al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano hizo un recuento de las vicisitudes que ella tuvo que enfrentar para poder posicionarse como una de las mejores pesistas dominicanas. “En este deporte había un letrero que decía solo para hombres, que no podíamos levantar pesas. Y nosotros rompimos con ese mito de que sí podemos”, sostuvo Heredia durante su exaltación al nicho de la inmortalidad el pasado domingo. Y sí se demostró. En los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1998, celebrados en Maracaibo, Venezuela, el país obtuvo un total de 17 medallas, de las cuales, diez fueron aportadas por mujeres y Heredia integró ese grupo.

“Quedó evidenciado de que las mujeres también podíamos lograrlo y sí se demostró. De las primeras medallas que logramos en los Juegos de Maracaibo fueron las mía y las de Wanda Rijo”, dijo con entusiasmo Miosotis, tercera dama de la halterofilia que es exaltada al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano. La primera fue Wanda Rijo en 2016 y Guillermina Candelario Santana en 2018. Para esos Juegos de 1998, Heredia conquistó oro, plata y bronce en los 69 kilogramos, mientras que Rijo se alzó con un trío de preseas doradas en los 75 kilogramos. Otras que también se colgaron metales fueron Wendy Santana con tres de bronce en los 48 kg,. y Santa Santana con plata en 53 kg.

“Recuerdo que en ese tiempo entrenábamos por gusto y por placer, porque amábamos ese deporte. Lamentablemente no teníamos tanto apoyo y tanta ayuda como ahora. Teníamos que ponernos un chaleco, donde una se lo quitaba y la otra se lo ponía cada vez que teníamos que subir a competir, pero al final de ese túnel apareció una luz, que dijo no. Si ellos, sin nada y sin ayuda hacen su trabajo porqué nosotras también no lo podíamos hacer”, expuso Heredia, de 49 años. En Winnipeg 1999, Miosotis hizo historia en formar parte de un cuarteto de dominicanas que rubricó las primeras medallas femeninas en pesas a nivel de Juegos Panamericanos con la presea de plata en los 69 kilogramos en tierra canadiense. Ese grupo estuvo integrado, además, por Rijo, con oro en los -75 kg.; Guillermina Candelario y Sención Quezada, ambas con bronce en los -48 y -63 kilogramos.

Una madre ausente

Heredia reveló que durante sus años de atleta de las pesas, tuvo que dejar a sus hijos al cuidado de su madre para poder representar con “orgullo” a la República Dominicana en competencias internacionales. “Fui una madre ausente, no porque yo quisiera, sino porque quería dar todo de mí en mi deporte.
Quería siempre traer esa medalla. Hoy mis hijos Amanda Mena (cantante) y Salatier se sienten muy orgullosos de la madre que tienen”, expresó. También tuvo palabras de elogio para su esposo Martín Mena Rodríguez, a quien consideró un soporte clave en su carrera. “Mi esposo Martín siempre me apoyó y siempre estuvo firme conmigo para que siguiera en mi deporte”, dijo.

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