Aun cuando el país tiene una nueva ola de covid-19 que lo arropa y que obligó a las autoridades a arreciar a partir de hoy el toque de queda para limitar la circulación de personas, la gente “aprovecha” y se va de compras a la avenida Duarte, en pleno rebrote del virus.
Con los tapabocas en la barbilla, el codo, manos y hasta sin cargarlos consigo, se visualizó a compradores y vendedores de la Duarte con París, donde convergen cientos de establecimientos dedicados a la venta de ropas, zapatos, sabanas, cortinas y artículos del hogar nuevos y usados.

Muchos al percatarse de la presencia de la prensa, se apuraron por colocarse la mascarilla correctamente en el rostro y alejarse de las personas para no ser fotografiados faltando a las medidas de prevención de contagio y propagación de coronavirus dispuestas por las autoridades de salud.

Al visitar diferentes puntos comerciales, así como instituciones bancarias del Gran Santo Domingo, se observó que las personas insisten en aglomerarse y no cubrirse la boca y la nariz en esos espacios. Tal fue el caso de una institución de envío y depósito de remesas, ubicada en Los Alcarrizos en donde decenas de personas se aglutinaron en una fila a esperas de ingresar al lugar, mientras que otros tenían la mascarilla en las manos. La Plaza José Francisco Peña Gómez, situada en Los Alcarrizos, es utilizada como punto para aplicación de la vacuna anticovid. Desde tempranas horas del martes, cientos de personas acudieron al referido lugar para recibir el antígeno. En el punto de vacunación decenas de personas aguardaban en sillas, mientras que el resto estuvo segmentado en dos filas que estuvieron llenas de personas.

“Yo veo bien que la gente venga a vacunarse, pero el problema es que los dominicanos dejamos todo para última hora”, expresó el señor José del Carmen Gutiérrez, 67 años de edad, mientras esperaba en una de las hileras.

La Plaza José Francisco Peña Gómez en Los Alcarrizos.

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