Más de RD$50,000 millones gasta el Estado cada año en los problemas que genera el consumo de alcohol

El Departamento de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública lo tiene claro: el alcohol es una droga tan letal como cualquier otra. El problema radica en que su uso, a pesar de ser nocivo para la salud, está permitido y por tanto, goza de mucha libertad en su promoción, venta y distribución.

“Hace falta que se regule lo antes posible y estamos en eso”. Así se expresa el doctor Alejandro Uribe, director del Departamento de Salud Mental y siquiatra con más de 30 años de ejercicio profesional.

Uribe conoce las verdades y falacias del consumo de bebidas alcohólicas en la República Dominicana al igual que Elías Tejeda, encargado del Programa de Alcohol y Drogas del Departamento de Salud Mental y coordinador del Clúster del Alcohol.

Aseguran que desde el año 2019 hasta el presente mes de mayo, el consumo excesivo de ron, whisky, cervezas y otros licores, así como de alcohol adulterado, ha producido más de dos mil muertes en el país.

Asimismo, aclaran que es falsa la creencia de que el Impuesto Selectivo a las Bebidas Alcohólicas que la industria licorera paga al Estado dominicano, que ascendió a RD$21,727.4 millones el año pasado, sea un aporte descomunal en comparación con los demás impuestos que conforman la recaudación tributaria.

“Cada año, el Estado gasta más de RD$50,000 millones en las muertes, las discapacidades y la atención que se brinda a los accidentados que llegan a los hospitales por causa del consumo de alcohol”, asegura Tejeda.

Sostiene que muchos ciudadanos han creído que la industria del alcohol aporta una cifra casi infinita al país, pero no se han puesto a calcular cuánto cuesta un día/ cama de un accidentado.

“Por lo general, son motoristas que han consumido alcohol y marihuana, y cuando hay que operarlos de la cabeza, el Estado gasta fácilmente un millón de pesos”, comentó.

Aunque desde la década de los 50, la Organización Mundial de la Salud calificó el consumo excesivo del alcohol como una enfermedad, en muchos países, entre ellos República Dominicana, no se ha manejado así.

El director del Departamento de Salud Mental explicó que ahora es que los profesionales de la salud preguntan directamente a sus pacientes si ingieren o no alcohol porque antes la interrogante que se hacía a la persona era si usaba alguna droga.

“Sin embargo, el alcohol es una droga igual que la cocaína y mata”, declaró Tejeda, quien es psicólogo y lidera un programa dirigido a empoderar a profesionales de la ginecoobstetricia, pediatría y neurología sobre el Síndrome Alcohólico Fetal, una afección del niño que se deriva de la exposición al alcohol durante el embarazo de la madre y que provoca daño cerebral y problemas de crecimiento.

Embarazos de alto riesgo

“En las embarazadas el alcohol está prohibido de manera absoluta porque cantidades aparentemente insignificantes pueden hacer el mismo daño que grandes cantidades”, enfatiza Uribe.

Informó que el programa que concientiza y certifica a profesionales de la salud se lleva a cabo en todas las maternidades del Gran Santo Domingo y próximamente se ejecutará a nivel nacional con el apoyo del Servicio Nacional de Salud.

“Todo empezó cuando los profesionales de la Maternidad de Los Mina veían que sus madres regresaban con una criatura que no tenía ningún daño orgánico, ningún dolor, pero estaba hiperactiva, muy irritable y lloraba. Empezaron a indagar y esas madres estaban en uso de alcohol, de cocaína y de marihuana”, explicó.

De acuerdo con Uribe y Tejeda, si existe una población infantil con déficit de atención, hiperactividad, cardiopatía congénita y problemas de aprendizaje se debe, en gran medida, al consumo de alcohol.

“Nosotros estamos haciendo énfasis en la prevención porque cuando crecen, esos son los niños que son excluidos de la escuela, a quienes hay que proporcionarles una educación especial y sabe usted, ¿cuán difícil es eso para una familia de escasos recursos?”, se preguntó.

El pasado año, en la Maternidad de La Altagracia se detectaron 80 mujeres embarazadas en consumo de alcohol y otras drogas; mientras en la Maternidad de Los Mina, durante el 2019, fueron detectadas 203 embarazadas con la misma condición. Las criaturas quedaron bajo la observación del Departamento de Perinatología.

Los primeros profesionales para la detección e intervención y rehabilitación de futuras madres que han consumido alcohol fueron formados por la Organización Panamericana de la Salud en la Maternidad de Los Mina.

El hospital cuenta con una unidad de salud mental donde las pacientes reciben un servicio de salud mental que incluye la participación de psicólogos, siquiatras y trabajadores sociales.

Las leyes que defienden la salud de la población

“Nosotros somos de los pocos países que no tienen una ley que regule la venta y el consumo de alcohol”, admite Elías Tejeda. No obstante, asegura que las autoridades actuales están interesadas en poner un límite al consumo excesivo.

Mientras tanto, algunas leyes salvan al país de una situación que podría ser realmente precaria. Entre ellas, cita el Código para la Protección y los Derechos Fundamentales de los Niños, Niñas y Adolescentes (Ley 136-04), que sanciona la venta de bebidas alcohólicas a menores de edad, así como su publicidad en lugares públicos y privados destinados a esta población.

También menciona la Ley 63-17 de Movilidad, Transporte Terrestre, Tránsito y Seguridad Vial de la República Dominicana, que prohíbe conducir en estado de embriaguez y a los conductores de vehículos ingerir bebidas alcohólicas mientras transitan por las vías públicas.

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