El cheque no ha desaparecido como instrumento de pagos. Tampoco ha cesado la práctica ilegal de emitirlo sin la suficiente provisión de fondos.

Una década después de que el Gobierno se convirtiera en “pagador electrónico” para sustituir la emisión de más de 5.0 millones de cheques anuales, el instrumento sigue vivo.

Las cifras sobre la cantidad de cheques pagados anualmente y del monto y valor de los que han sido devueltos “por insuficiencia de fondos” muestran que no han desparecido ni el instrumento ni su emisión sin la suficiente reserva por parte del emisor. A los cheques sin fondos les han dado diversas definiciones, hasta eléctricos, aludiendo que dan “corriente” o electrocutan.

Expectativas fallidas

Se asumía que con el auge de los pagos electrónicos y por la rigurosidad de la ley de cheques, su emisión, con y sin fondos, bajaría al punto de que para esta época serían transacciones marginales. Sin embargo, las estadísticas reflejan que todavía el giro de cheques es millonario en unidades y valor, y que prevalece la práctica de pagar con el ruego de “aguántamelo hasta” una fecha posterior.

Cada mes se emite un promedio de 1.2 millones de cheques, por un valor promedio de alrededor de RD$60 millones.

En comparación con el comportamiento de hace cinco años, el volumen y monto de las transacciones en cheque se ha reducido en un 55%. Sin embargo, el cheque sigue representando un importante volumen de transacciones económicas, 10 años después de que el Gobierno dejara de utilizarlo como medio de pago a sus empleados y proveedores. En enero del 2008 la Tesorería Nacional anunció que al concluir ese año, el 2009, los pagos del Gobierno se harían en forma electrónica, por transferencias. Ese anuncio generó expectativas de que se acercaba la “muerte” del cheque y que ese instrumento de pago estaba en estado agónico. Entonces el Gobierno emitía unos 450,000 cheques al mes. “Deposítame” y “hazme la transferencia” serían las expresiones que sustituirían la clásica “hazme el cheque”, se pensaba.

En lo que la economía decidía, el Banco Central adoptó medidas para hacer del cheque un instrumento más seguro y más ágil, en término de uso de los fondos. Dispuso un formato unificado y la reducción a dos días del plazo en tránsito, medidas que han contribuido a subir la confianza en el cheque y a darle más agilidad transaccional. Posteriormente, el Congreso aprobó una nueva ley de cheques que aumenta las penalidades para los delitos de falsificación y emisión de cheques sin la debida provisión de fondos. En el segundo ilícito, la práctica se mantiene alta.
Según estadísticas.

Baja número de cheques pero aumenta el valor

Según estadísticas oficiales, en el 2008 se emitieron 16,53 millones de cheques, por un monto global de RD$707.20 millones, y en el 2018, una década después, el volumen emitido bajó a 13.29 millones y el valor subió a RD$885.51 millones, un reflejo de que la cantidad emitida del instrumento baja pero el monto sube. En el caso de los “devueltos por insuficiencia de fondos”, la tendencia numérica es hacia la baja, pero en valor es a subir.

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