Santiago. A dos meses de la tragedia que dejó como saldo 10 personas muertas, incluyendo tres menores por la fuga en la envasadora Coopegas, los familiares de las víctimas no logran reponerse del dolor.

Al difícil momento por el que atraviesan, los familiares tienen que lidiar con las trabas impuestas para poder lograr obtener las actas de defunción, que servirán para la demanda civil que por daños y perjuicios preparan los abogados de los parientes.

El profesor Luis José Mata, pariente y amigo cercano de seis de los fallecidos, que residían en la comunidad Los Acevedos de Licey al Medio, expresa ha tenido que someterse a tratamiento psicológico constante para poder lidiar con la pérdida física de sus seres queridos.

Los daños causados por las llamas causó la muerte de la pareja de esposos integrada por Griselda Padilla y Juan Francisco Santos, sus hijos Crismely Santos Padilla, de 12 años y Grisel Padilla de 15 y de su nieto Braylin de Jesús Ulloa Santos de apenas diez meses de nacido.

El menor era hijo de Grisel y Samuel Ulloa. Este último falleció 14 días después de ocurrida la tragedia.

Los otros fallecidos fueron la pareja de esposos integrada por Nilson Reyes y Juan Bisonó, su yerna Yulisa Ortiz y el bombero Juan Francisco Trinidad.

“Esto es terrible lo que estamos viviendo las familias de los fallecidos. En mi caso que soy profesor y los demás hemos tenido que recurrir a los psicólogos y psiquiatras”, apunta José Luis Mata al hablar con reporteros de elCaribe.

De la tragedia ocurrida el día tres de octubre, un niño 14 años y una menor que cumplió justamente dos años lograron sobrevivir.

El adolescente tuvo que ser llevado a casa de una tía en la comunidad Callejón Nuevo y sometido a tratamiento psicológico.

La niña, hija de Aneudy Reyes Bisonó fue trasladada hacia los Estados Unidos para ser sometida a nuevos procedimientos quirúrgicos debido a la gravedad de las quemaduras presentadas en su cuerpo.

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