Ganancia

“Mientras estaban sentados a la mesa comiendo, dijo: —Les aseguro que uno de ustedes, que está comiendo conmigo, me va a traicionar. Ellos se pusieron tristes, y uno tras otro empezaron a preguntarle: —¿Acaso seré yo? —Es uno de los doce —contestó—, uno que moja el pan conmigo en el plato.” (Marcos 14:18-20)

“Mientras estaban sentados a la mesa comiendo, dijo: —Les aseguro que uno de ustedes, que está comiendo conmigo, me va a traicionar. Ellos se pusieron tristes, y uno tras otro empezaron a preguntarle: —¿Acaso seré yo? —Es uno de los doce —contestó—, uno que moja el pan conmigo en el plato.” (Marcos 14:18-20)

Semana Santa, más que una celebración, es la fecha en la cual el pueblo cristiano vivifica la muerte y resurrección del Señor Jesucristo al tercer día de ser sepultado, a través de cuyo sacrificio en La Cruz (la peor y más vergonzosa condena de aquellos tiempos) nos trajo la salvación para vida eterna. He querido iniciar con este pasaje bíblico, con la finalidad de mostrar cómo durante todo el tiempo el hombre ha sido desleal aun con el más cercano y quien deposita suma confianza en este, acompañada, como es natural, de nexos afectivos sólidos. Vemos cómo el propio Jesús tuvo que vivir esta experiencia.

Este tiempo es utilizado por la gran mayoría para salir de vacaciones, escapando con ello de la cotidianidad y estrés laboral, y, por qué no, familiar, donde se aprovechan playas, campos, salidas del país, resorts con este fin, olvidando el verdadero origen que es ocasión propicia para entrar en reflexión de cómo estamos llevando nuestra vidas, si están en consonancia o no con lo que verdaderamente llena, que es el amor de Cristo y el reflejo de este en todas nuestras relaciones, de manera muy particular dentro de nuestros hogares.

En esta Semana Santa 2022 queremos invitar, después de pasados dos años sometidos a las más grandes situaciones vividas en toda la humanidad al mismo tiempo, y aun hoy tenemos una situación bélica también afectando de forma directa o indirecta a todo el mundo, a que como nunca antes, sin importar hacia donde te traslades o si te quedas en tu casa, te enfoques y te auto respondas las siguientes preguntas:

  1. ¿Estoy siendo fiel a mis valores y convicciones con los cuales he sido formado/a?
  2. ¿Mantengo firmeza ante los valores patrios defendiéndolos en mi accionar?
  3. ¿Tengo compromiso con la labor de trabajo que ejecuto?
  4. Por último y la más importante ¿Defiendes las normativas y principios que tienes para la formación de tus hijos, evitando con esto todo tipo de infiltración foránea de manera sutil?

Aprovecha estas vacaciones para un reencuentro contigo, los tuyos y, de manera especial, con Cristo Jesús, quien dio su vida por todos nosotros sin cuestionar nada, todo por amor. Trata de reflejarlo en tus acciones. Bendecida Semana Mayor.

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