Copenhague. El Nobel de la Paz reconoció por primera vez la libertad de expresión e información con un premio a dos periodistas, la filipina Maria Ressa y el ruso Dmitri Muratov.

Ressa y Muratov fueron premiados “por sus esfuerzos para defender la libertad de expresión, condición previa para la democracia y la paz duradera”, señaló el Comité Nobel, que elogió su lucha “valiente” y advirtió de las “crecientes circunstancias adversas” que afrentan la democracia y la libertad de prensa en el mundo.

El fallo resalta la necesidad de un periodismo “libre, independiente y basado en hechos” que sirva para proteger derechos fundamentales contra “el abuso de poder, las mentiras y la propaganda de guerra”. “La libertad de expresión es la mejor defensa de una sociedad contra la guerra y los conflictos. No hay democracia sin libertad de expresión”, afirmó en una rueda de prensa posterior al anuncio del premio la presidenta del comité, Berit Reiss-Andersen.

Reiss-Andersen resaltó que el premio no va a resolver los problemas de la libertad de expresión, pero se mostró esperanzada de que dirija el foco a la importancia del periodismo y lo peligroso que es ejercer ese derecho.

Los galardonados figuraban desde hace años en la lista de aspirantes al Nobel, cuyas quinielas apuntaban esta vez a un premio a la libertad de prensa, aunque aparecían como candidatos mejor situados organizaciones como Reporteros sin Fronteras (RSF) y el Comité para la protección de periodistas (CPJ). A través sobre todo de Rappler, el medio digital que cofundó en 2012 y dirige, Ressa ha expuesto “el abuso de poder, el uso de la violencia y el creciente autoritarismo” en Filipinas, con especial atención a la polémica campaña contra las drogas impulsada por el régimen de Rodrigo Duterte, señala el fallo. “El número de muertes es tan alto que la campaña parece una guerra contra la propia población del país”, escribe el comité.

Ressa ha documentado además el uso de las redes sociales para difundir noticias falsas, hostigar a opositores y manipular la opinión pública.

Casi veinte años antes del nacimiento de Rappler surgió el diario Novaya Gazeta, uno de cuyos fundadores fue Muratov y que él mismo dirige desde 1995, convirtiéndolo en “el periódico más independiente de Rusia, con una actitud fundamentalmente crítica hacia el poder”, en palabras del Comité Nobel. El fallo elogia la apuesta por un periodismo basado en hechos y la integridad profesional para mostrar aspectos “rara vez mencionados por otros medios” y tratar temas como la corrupción, la violencia policial, los arrestos ilegales y el fraude electoral.

Ganadores dicen sentirse honrados

“No puedo llevarme los honores, es el premio de Novaya Gazeta. Es para quienes murieron mientras defendían el derecho del pueblo a expresarse de forma libre”, dijo Muratov a la web del diario.

En una vídeo-entrevista, Ressa aseguró que se va a ganar “la batalla de los hechos y la verdad” y denunció que vivimos en un mundo donde “los hechos son debatibles”, por lo que “el periodismo se ha convertido en activismo”.

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