Guayubín. Las haitianas ya superan en número a las dominicanas en la sala de espera de las maternidades del noroeste dominicano, una región de acogida de inmigrantes y también destino de mujeres que cruzan la frontera para parir en unos hospitales cada vez más desbordados.
En el hospital público de Guayubín, un pueblecito rodeado de bananos y de fincas de arroz situado 42 kilómetros al este del río Masacre, frontera natural entre ambos países, nueve de cada diez parturientas son haitianas, la mayor proporción en toda República Dominicana.

Las mujeres se encuentran en un pequeño hospital que las recibe bien sin importar su origen, pero que está sobrecargado y tiene poco personal y grandes carencias.

El quirófano y el laboratorio están mal equipados, la incubadora está averiada y no hay banco de sangre, lo que hace imposible hacer una transfusión.

La directora del hospital, Maira Rodríguez, explica que el presupuesto se calcula con base en la población local, sin tener en cuenta la cantidad de inmigrantes indocumentados que viven en la zona, ni el número de madres que se aventuran a cruzar la frontera en pleno trabajo de parto, por lo que el dinero no alcanza.

La doctora asegura que, a pesar de las dificultades, “nunca se rebota” a una paciente, a no ser que sufran complicaciones médicas y las tengan que derivar a un hospital mejor equipado, como el de la ciudad de Mao, maternidad de referencia de toda la región.

“De 90 a 95 % de las complicaciones son en pacientes extranjeras”, asegura el doctor Juan de la Cruz Rodríguez Pérez, director del hospital Materno Infantil José Francisco Peña Gómez de Mao.

La mayoría de las haitianas recién llegadas, explica, suelen presentar anemia u otros cuadros médicos que no han sido tratados previamente.

El número de parturientas haitianas se ha triplicado en diez años, llegando a 30.322 nacimientos en 2020, lo que representa el 27 % de los nacimientos en el conjunto del país, y supone que entre el 10 % y el 14 % de todo el presupuesto hospitalario del país se dedique a las extranjeras, según cálculos del SNS. Los partos de haitianas superan el 50 % en toda la zona de frontera y también en La Altagracia (este), una provincia que recibe una creciente inmigración, en especial por la construcción de nuevos hoteles en Punta Cana.

Para apaciguar los ánimos de los sectores más nacionalistas, el presidente Luis Abinader anunció hace dos semanas un acuerdo con Haití para ayudar al empobrecido país vecino a construir hospitales y frenar el trasiego de parturientas por la frontera. Al menos 4,073 haitianas embarazadas entraron en República Dominicana en 2020, a pesar de que la frontera estuvo oficialmente cerrada nueve meses por la pandemia.

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