Una exposición explora la influencia del arte ibero en la obra de Picasso

Una gran exposición que podrá visitarse en Santander (norte) hasta el 12 de septiembre explora por primera vez la influencia del arte ibero en la obra de Pablo Picasso desde principios del siglo XX hasta sus últimos años de creación.

Una gran exposición que podrá visitarse en Santander (norte) hasta el 12 de septiembre explora por primera vez la influencia del arte ibero en la obra de Pablo Picasso desde principios del siglo XX hasta sus últimos años de creación.

Bajo el título de «Picasso ibero», la muestra expone más de 200 obras de arte ibero y del artista malagueño procedentes de 22 colecciones públicas y privadas, entre las que destacan 14 piezas iberas de la colección del Museo del Louvre.

El Centro Botín, organizador de la exposición, ha contado con el apoyo de la familia Picasso y la ayuda de un comité de expertos en arte ibero para producir, junto al Museo Picasso de París, la muestra que ha presentado este viernes como su «gran apuesta» para 2021.

Según su directora, Fátima Sánchez, se trata de «una nueva mirada» a la obra del artista malagueño, a su fascinación por el arte primitivo y al impacto que su descubrimiento tuvo en su obra.

Picasso descubrió el arte ibero en 1906, en la época dorada para las excavaciones arqueológicas, durante una visita al Louvre que marcó un punto de inflexión en su trayectoria y le abrió el camino que le llevaría más adelante al cubismo.

El arte ibero mantuvo su influencia en la obra de Picasso hasta sus últimos años, ha explicado Cécile Godefrey, comisaria de esta exposición que, según ha señalado, muestra por primera vez una relación que ya conocían los expertos desde 1940 pero que nunca se había enseñado al público.

La exposición es el fruto de tres años de trabajo y de colaboración entre historiadores del arte y arqueólogos, especialistas en Picasso y el arte ibero, y junto a Godefrey, ha contado con la participación del director del Museo de Arqueología y Prehistoria de Cantabria (Mupac), Roberto Ontañón, como comisario asociado.

Según Ontañón, la muestra desvela al visitante el descubrimiento de este arte protohistórico por «un joven artista en busca de una inspiración primigenia que le ayudase a romper definitivamente con el arte clásico».

«La sola visión de las obras picassianas junto a sus referentes iberos basta para entender cómo incorporó estos elementos formales y temáticos de un arte arcaico al torbellino creativo que le llevará a revolucionar el lenguaje artístico del siglo XX», ha subrayado.

Como ha señalado el presidente del Museo Nacional Picasso de París, Laurent Le Bon, el visitante encontrará en el Centro Botín tres exposiciones en una sola: una sobre el arte ibero, otra sobre Piccaso y una tercera que muestra «las sinergias entre ambos».

En ese diálogo destacan las cabezas de rasgos arcaicos y grandes ojos, las esculturas de toros y animales híbridos o las figuras que se encuentran en un beso o un abrazo.

La exposición ha sido diseñada por Jasmin Oezcebi y se articula en un recorrido diáfano estructurado en tres secciones. La primera adentra al visitante en la cultura y los rituales de los iberos y muestra diferentes tipos y estilos de esculturas y cerámicas policromadas.

La segunda abarca el periodo que va de 1906 a 1908, tras la visita al Louvre, y su influencia, sobre todo de las cabezas votivas del Cerro de Los Santos que atesora el museo, en los cuerpos y rostros de las esculturas del artista malagueño, empezando por sus autorretratos.

En la tercera se puede contemplar la colección de exvotos de Picasso y los vínculos de su obra con el arte ibero desde 1908 hasta sus últimos años.

En la exposición se exhiben obras del artistas malagueño prestadas por el Museo Picasso de París, el de Málaga, el Thyssen Bornemiza, el Reina Sofía o el Centro Pompidou, entre otros. EFE

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