Una cantidad sin precedente de sargazo ha invadido este verano parte de las paradisíacas playas de arena blanca y agua cristalina de República Dominicana, en pleno proceso de recuperación del turismo, la principal fuente de divisas del país.

Desde hace semanas, el alga que se origina en el Mar de los Sargazos, una región del Atlántico al este de Estados Unidos, se ha ido extendiendo por las costas del país, incluyendo lugares donde no es habitual. Con rastrillos en mano, decenas de hombres trabajan bajo el inclemente sol caribeño en la playa del Cortecito, en Punta Cana, en la recolección de sargazo, que “ha llegado de repente y en cantidades nunca vistas”, dijo a Efe uno de los obreros de nacionalidad haitiana que prefirió no identificarse.

Un compañero y compatriota suyo, que tampoco da su nombre, asiente con la cabeza y agrega: “hoy no hay nada comparando con lo que había el fin se semana”, mientras empuja una carretilla a tope de sargazo, una labor a la que está dedicando ocho horas al día y por la que recibe 600 pesos (10.7 dólares) por parte del hotel para el que está trabajando en estas tareas de limpieza.

Y es que el aumento ha sido excesivo respecto a años anteriores, según conocedores del tema, aunque no hay un reporte oficial sobre la cantidad de playas afectadas en el país.

El fenómeno, que afecta las playas caribeñas especialmente en verano, sucede en momentos en los que el turismo vuelve a reflotar en República Dominicana tras la pandemia.

El país recibió entre enero y julio 2.4 millones de turistas, una cifra superior a todos los visitantes de 2020, cuando el turismo mundial se detuvo a causa del coronavirus. El sargazo “empezó a venir de manera muy racional, suave, era manejable, pero últimamente hemos tenido una andanada importante de sargazo, que realmente nos ha perjudicado”, dijo a Efe el presidente de la Asociación de Hoteles del Este (Asoleste), Ernesto Veloz, si bien aclaró que no ha habido cancelación de reservas por esto.

De opinión opuesta, Marcelo Vargas, un touroperador de la zona y responsable del Grupo de Monitoreo del Sargazo en Bávaro/Punta Cana, aseguró que la situación ya empieza a tener consecuencias, al punto de provocar cambios en los planes de muchos turistas.
En esta zona es difícil sacar excursiones. El cliente llega y dice: mira el agua está sucia, no quiero hacer esa excursión y la cancela” o, en los mejores de los casos, decide cambiar el destino, afirmó Vargas, durante un recorrido por la playa de Bibijagua, en Bávaro.

Una solución desde lo público y lo privado

Varios hoteles de la zona ya cuentan con barreras antisargazo temporales, pero según dijo un hotelero a Efe, algunas de ellas se rompieron hace unas semanas con el paso de la tormenta Grace, arrojando grandes cantidades de algas a la playa. Los hoteleros están a la espera de la instalación de una barrera fija, en un proyecto financiado a partes iguales entre el Estado y el sector privado, que saldrá a licitación en las próximas semanas.

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