Un día, hace relativamente poco, resultó que preferible a “simpáticos” debiéramos ser “empáticos”. Empatía es la habilidad tanto cognitiva como emocional de ponerse en el estado emocional de otro, un sentimiento que hace que uno pueda sentir lo mismo que otro. Tiende a asimilarse a otros conceptos como compasión, altruismo, bondad. Sí, debemos ser empáticos, pero también actuar bien después. Como explicó el neurocientífico italiano Giacomo Rizzolatti, cuyo equipo descubrió en el cerebro de un mono las neuronas espejo, células motoras consideradas base de la imitación y también de empatía y emociones humanas, “uno puede ser empático con alguien y después matarlo”. Cual muchos políticos criollos: juran dolerse de los problemas de la gente pero actúan para su mejor conveniencia.

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