La pérdida de un hijo resulta una idea aberrante, como si de algún modo la ley natural estableciera que los padres deben morir antes que los hijos
La muerte, aunque rara vez nos conformamos con ella, es lo único cierto. Nadie escapa de ella. A lo que si desearíamos escapar es a que nuestros hijos mueran primero que nosotros. Algo considerado insuperable para lo cual nunca nos preparamos porque nos resulta inconcebible.Se puede vivir sin una madre, sin un padre, pero sin un hijo:” cómo?”. Quienes han sufrido esa imparable pérdida solo saben a qué tuvieron que recurrir para seguir adelante. “Vivir la pérdida de un hijo es considerado un duelo mayor, muy significativo para la vida de los padres, abuelos, hermanos…que le sobreviven”, así lo afirma Rosa Mariana Brea Franco.
Psicóloga especializada en crisis, traumas y duelos, con quien abundamos en el tema, autora de los libros: “El duelo: un camino hacia la transformación” y “Comprensión del duelo en el siglo XXI: nuevas perspectivas”.
l ¿Si es un solo hijo o si son más hijos, es mayor o menor el sufrimiento?l
En realidad, cada hijo es único, aunque las personas tengan varios hijos el perder uno de ellos es una perdida única; cada hijo nace en un momento determinado de la vida de una mujer y pareja, y esto también debe de tomarse en cuenta en el duelo. ¿Por ejemplo, fue un hijo muy deseado y anhelado? ¿O por el contrario llego en un momento de crisis de la pareja, o es una madre que tiene que enfrentar un embarazo y crianza sola? Hay muchas variables que pueden influir en un proceso de duelo luego de la pérdida de un hijo; esto podría facilitar o entorpecer el proceso en sí. Lo peor que se les puede decir a unos padres que han perdido un hijo recientemente es que tengan otro hijo, o que se ocupen de los que tienen y dejen de llorar.
l ¿Hace alguna diferencia si la muerte fue natural o trágica?l
Para unos padres es difícil enfrentar en cualquier circunstancia la muerte de un hijo; si es por una enfermedad, ver sufrir a un ser querido y sentirse impotente, es desgastante. En caso de enfermedades o problemas congénitos que provocaron la muerte la mayoría de las veces los padres tienden a culparse de una manera torturante, necesitando ayuda profesional para lidiar con esas emociones. Por otro lado una pérdida súbita implicaría: un accidente, un homicidio, un paro cardiaco o hasta un suicidio. No se puede generalizar de que una es más fácil que otra; si sabemos que la perdida por suicidio, homicidio, por catástrofes o terrorismo son pérdidas muy traumáticas que exigirán del doliente para enfrentar el duelo de contar con recursos internos y externos, es decir apoyo solidario de la familia y comunidad.
l ¿Y cuando la muerte es prenatal o perinatal?
l Lamentablemente a esta pérdida no se le ha dado el debido reconocimiento ni por muchos familiares y hasta por médicos y profesionales de salud mental. Perder un embarazo, sufrir un aborto espontaneo o perder a un bebe recién nacido, es una perdida muy difícil. Las personas piensan que porque el bebe no se conocía o apenas se conoció el dolor sería menor. Si este duelo no se procesa adecuadamente, se reconoce y se valida podría traer consecuencias negativas futuras en la madre especialmente. Por ejemplo tristeza crónica, temores y ansiedades.
l ¿Dependiendo de la edad será el dolor y el manejo?
Como dije anteriormente, no importa la edad que tenga el hijo siempre será difícil. No obstante hay hijos que se van desde muy joven del hogar familiar y se desconectan mucho de los padres, y si alguno de estos fallece los padres si pueden sentirse muy acongojados, pero la relación se mantenía muy distante. Recordemos que lo importante en los duelos no son solo los lazos sanguíneos si no también el vínculo que se mantiene. Esto es válido en los hijos adultos.
l¿Por qué hay matrimonios que luego de la pérdida de un hijo se disuelven?
La pérdida de un hijo es una experiencia critica en una familia, tanto en los padres como los hermanos; cada persona lo va a manejar de acuerdo a su edad, personalidad, tipo de relación que tenía….hay mujeres que no entienden como el esposo está viviendo el duelo, algunos se aíslan en el trabajo, se distancian de la familia, no hablan de la perdida, y aun peor se culpan unos a otros de lo que sucedió lo que convierte la vida en un infierno. Lo más importante es validar que el duelo no se va a procesar igual en la pareja, y esto debe aceptarse y respetarse; es importante la ayuda profesional para orientar en esto.
l ¿Se puede vivir con ese dolor sin que nos afecte?l
De acuerdo con nuestra experiencia profesional de más de veinte años trabajando con individuos y familias viviendo diferentes tipos de perdidas, estamos convencidos que las personas pueden salir delante de cualquier situación de duelo. En algunas circunstancias le tomara más tiempo que otras. No obstante lo que no estoy de acuerdo es en el concepto erróneo de que los duelos se cierran, esto es imposible, se aprende a vivir con la perdida, se integra como una parte de nuestra vida. La persona siempre se recordara dentro de nuestra historia de vida.
l ¿Ante la pérdida de un hijo, cual suele ser la primera reacción?
l Depende de que pasó, pero es normal sentir sobre todo en las perdidas súbitas una sensación de que el hecho es mentira, de que no ocurrió, hay un shock inicial; hay tristeza, gran ansiedad, llanto constante, dificultad para dormir al inicio, falta de apetito, dificultad de concentración…Todo esto es normal, si persiste al cabo de dos o tres meses debe buscarse ayuda profesional; en casos de perdidas trágicas es recomendable un seguimiento con un profesional con experiencia en el área de duelo, con una especialidad en crisis, traumas y duelos. Siempre se debe cuidar porque la persona descanse y se alimente bien; el apoyo de familiares comprensivos y empáticos es muy favorable. Es importarte en estas pérdidas considerar a los abuelos que sufren doblemente por la pérdida del nieto además de ver sufrir a sus propios hijos.Así como también considerar a los tíos, hermanos y amigos.
Consejo
El duelo por la pérdida de un hijo es más complejo en tanto que, por ley de vida, los hijos sobreviven a los padres. Para afrontarlo es importante expresar el dolor, mantener la motivación y buscar ayuda profesional.