Su labor fue reconocida a finales de los 90 en dos ocasiones por la Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte) como Mejor Arreglista y/o Orquestador Desde el vientre de su madre, Armando Olivero estuvo rodeado de música, gracias a su padre que formaba parte de un conjunto y de la banda municipal en su natal Tamayo, Bahoruco. Con tan solo 10 años, el pequeño Armandito era una sensación, incluso reseñado por los medios de comunicación, que se hacían eco de la capacidad del pequeño para tocar los instrumentos.

A esa temprana edad, también estuvo ligado a la vida católica, pues fue monaguillo y participaba fervientemente en las misas dominicales.

Precisamente hoy, Día del Músico, Olivero recomienda a sus congéneres luchar por mejores condiciones, sobre todo por un gremio que fortalezca el marco legal que regula el mundo del espectáculo.

1. Infancia
Nací en Tamayo, un municipio de la provincia Bahoruco. Soy el mayor de seis hermanos, aunque me decían Armandito. Mi niñez fue muy hermosa, a diferencia de lo que vivimos hoy día, a pesar del gran avance tecnológico. Antes no se divulgaba ningún tipo de contenido de doble sentido, nos vigilaban más, se preocupaban por darnos una educación mejor también. Mi pasión por la música la fui desarrollando desde muy temprana edad, incluso desde antes mi nacimiento fue parte de mí. La música vino desde el vientre de mi madre, Francisca Reyes, porque mi papá, Armando Olivero Matos, era músico y tocaba para ella. Cuando era pequeño recuerdo que mi padre, cuando tocaba en la Orquesta Caribe, me sentaba a sus pies, y yo les ponía las manos a los instrumentos”.

2. Inicios en la música
Estudié en la Escuela Primaria Apolinar Perdomo, en Tamayo, y luego pasé al Liceo Secundario Paula Gómez. Cuando estuve terminando el bachillerato, se me otorgó un reconocimiento como mejor estudiante, por mis calificaciones y comportamiento. Cosa que nunca había pasado en ese liceo. Era sorprendente porque para la época ya estaba tocando instrumentos. De hecho, lo venía haciendo desde los 10 años, al formar parte de la banda de música municipal. Yo era la atracción, un niño de esa edad subido en una sillita de madera, tocando como un adulto, música movida y otros ritmos. Encabezaba los conciertos en los parques y otros lugares. Una época bastante bonita, en la que tuve la dicha de tener como profesor a Arturo Méndez, que también formó a varios artistas reconocidos como Cheo Zorrilla, Enrique Félix, Benny Sadel, entre otros. La plataforma de reunión para músicos de ese municipio estaba en aquella época en la Iglesia Católica, en la academia de música, el ayuntamiento, y el parque central”.

3. Esfuerzos escolares
Cuando terminé de estudiar en el bachillerato, vine a vivir a la capital. Me inscribí en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) a estudiar Economía. A la par, instituimos la Orquesta AM, que la creó Arturo Méndez. En ese ambiente de tocar y trabajar me mantuve muy activo. Eso sí, nunca dejé ninguna materia ni me rezagué en mis estudios en ningún sentido. Porque lo que hacía era estudiar los libros que me daban en vacaciones y así entraba sabiéndolo todo. Mis compañeros se reunían en el parque los días en los que teníamos exámenes, para estudiar. Llevaban sus tés y cosas de comer. Pero yo no iba. Para esa época también fui monaguillo. Tenía que levantarme todos los días a las 5:30 de la mañana a dar tres campanadas y también al mediodía para que la gente supiera la hora. Muchos me decía que por todas las cosas que hacía nunca iba a llegar a ningún lado, pero una tía me mantenía bien alimentado, así aguantaba. A los 6 semestres dejé Economía, y opté por estudiar Derecho, en la Universidad del Caribe, donde me gradué Magna Cum Laude”.

4. Perfecciona su talento
Además de estar en la UASD, también me inscribí en el Conversatorio Nacional de Música, donde me especialicé en Arreglo y Orquestación Sinfónica, ya que era lo que realmente me gustaba. Eso potenció mi preparación, porque me permitió trabajar en varias orquestas. Fui director de Los Kenton, también toqué piano en la Policía Nacional. Después de eso, me inscribí en la Academia Dominicana de Música, que dirigía Milagros Beras Dalmasí. Fue una etapa en la que reafirmé mi pasión por la música”.

5. Su primer arreglo musical
Nunca olvidaré mi primer arreglo musical. Se trató del icónico disco “Palo con ella”, y a ese le siguió “Borracho y sigo parao”, todos esos temas eran de Los Kenton. Para esa época, estaba todavía en la UASD. Recuerdo que pasaban unos autobuses a buscarnos por diferentes sectores del Gran Santo Domingo. Yo vivía en Los Minas, por ahí pasaban los autobuses muy temprano, a eso de las 5:00 de la mañana. En una ocasión me habían dicho que necesitaban “Palo con ella” para ensayarlo y grabarlo al otro día. Lo vi de inmediato como un reto porque justamente tenía exámenes finales en la universidad. Cogí mi hoja de score donde se realizaba las anotaciones de los instrumentos musicales, el cassette compacto, y un radio. Me subí en la madrugada a la guagua y me senté en el último asiento para estar más concentrado. Desde que me monté comencé a trabajar y justo llegando a la universidad había terminado. Las ideas fluyeron muy rápido y lo pude lograr”.

6. Fue sacerdote en EE.UU.
Desde muy pequeño también tuve una conexión especial con Dios. Desde los 9 años comencé como monaguillo. Esa fue la primera señal que me indicó que debía dedicar mi vida a servir a Dios. Soñaba que era sacerdote, y que predicaba la palabra de Dios. En una época viajé a Estados Unidos, tuve el privilegio de ingresar a la Escuela de Teología de la Universidad de Wisconsin, y ahí fue que pude ser sacerdote. Dirigí una iglesia por dos años, se trató de la Iglesia Luterana San Mateo, pero también tenía a cargo otras dos iglesias, a las que iba al mediodía y en las 5:00 de la tarde. Ese fue uno de los momentos más felices de toda mi vida, como todos los que se circunscriben al aspecto religioso. La iglesia es el lugar donde soy más feliz. Mucha gente dice que soy tímido a la hora de hacer ciertas cosas, pero es porque suelo dejárselo todo a Dios, porque si Él es perfección, confío en que todo salga perfecto”.

7. Su pasión en otras tierras
Tuve la oportunidad de viajar a diferentes partes del mundo, como China y Japón. Algo especial para mí fue mi participación como orquestador y director de parte de la banda sonora de la película “The Specialist”, protagonizada por Sylvester Stallone y Sharon Stone en los estudios de Emilio Stephan en Miami. En Estados Unidos instituí una orquesta de salsa que se llamaba A&C La Banda. Hicimos una producción, que nos permitió tener una nominación para los Premios Lo Nuestro en la categoría de Relevación del Año, por mis arreglos. Participé en varias orquestas de jazz teatral y varios géneros, igualmente. En esos momentos me sentía realizado económicamente, pensaba que nada me faltaba, porque estaba haciendo lo que me gustaba: agradar a Dios y aprovechando el talento que me dio con la música”.

8. Muere su primera esposa

Estando en ese país, sufrí el momento más duro en toda mi vida. Un accidente cerebrovascular le provocó una aneurisma a mi esposa. Los doctores me llamaron y me informaron que ya no podían hacer nada por ella, que había sufrido muerte cerebral y estaba viva por las máquinas. Me dijeron que no podían hacer otra cosa que desconectarla, porque era inútil mantenerla en esa situación. Perdí a mi esposa y me quedé solo con mis dos hijos. Afortunadamente, los amigos y amigas de la iglesia me tendieron su mano para ayudarme. Me socorrieron desde que ella se enfermó, y no me dejaron hasta que recobré fuerzas para salir adelante con mis hijos. Actualmente estoy casado con Evelyn Olivo”.

9. Labores que desempeñó

Tuve la oportunidad de desempeñar diversos cargos. Fui director del Coro de la Contraloría General de la República, presidente de la Asociación Nacional de Músicos, Cantantes, Bailarines y Artistas Afines de República Dominicana (AMUCABA), entre otras entidades. Mi labor ha sido reconocida además por varias entidades, entre ellas las siete nominaciones seguidas a los Premios Casandra, hoy Premios Soberano, como Mejor Arreglista y/o Orquestador. Me gané la estatuilla en el 1998 y en el 1999”.

10. En el Día del Músico

Justo hoy que celebramos el Día del Músico, es oportuna la ocasión para apuntar algo importante. Mi voz se levanta en un desierto y tal parece, nuestros colegas músicos no logran entender que la exclusión social que nos embarga cada día más no es culpa de ningún gobierno ni nadie en particular, sino, más bien de nosotros mismos, quizás por nuestra incapacidad de asimilar, que somos un ente laboral especial, y como tal, necesitamos estar representados en la sociedad por un gremio que defina la política de nuestro trabajo y a través del mismo, demandar y proclamar el establecimiento de un marco legal que regule el mundo del espectáculo, para que así dejemos atrás ese mercado informal de la improvisación, por un sistema de trabajo formal y garantista de nuestros derechos constitucionales, laborales y comerciales”.

Defiende derecho de autor
“Una de las motivaciones para estudiar Derecho, fueron las injusticias que veía con los músicos. Cuando inicié mi carrera, me enfoqué en investigar el tema del derecho de autor y el derecho laboral, porque eran temas recurrentes entre artistas.

Recientemente tuve el privilegio de ser designado encargado del Departamento de Investigación y Peritaje de la Oficina Nacional de Derecho de Autor (DIP-ONDA), un órgano creado para dar auxilio técnico especializado a los tribunales de República Dominicana en materia de derecho de autor y derechos conexos.

Estos servicios se extienden a los organismos de investigación del Estado, a instituciones públicas y privadas, así como a personas particulares. Mi principal función es garantizar lo establecido en la Ley 65-00 sobre derecho de autor, sus reformas y su Reglamento de Aplicación, 362-01. He laborado como productor, director musical y como artista invitado de conciertos, espectáculos y grabaciones para famosos artistas internacionales como Danny Rivera, Sophy de Puerto Rico, Juan Luis Guerra, José Alberto (El Canario), Jhonny Ventura, Jhonny Pacheco, Luis “Lual” Alfonso, Gilberto Santa Rosa. Participé en el año 1994 en representación de República Dominicana como pianista y director musical en el festival OTIS que se celebró en Valencia, España, acompañando a Miriam Cruz con la canción ”Con agua de sal”, del cantautor Manuel Jiménez. Cada paso dado me ha enseñado muchas cosas, principalmente que una vida entregada a Dios siempre da frutos, es provechosa, y garantiza la felicidad verdadera. La música me dio muchas cosas, pero la gracia de Dios me lo ha dado todo”.

Posted in 10 MomentosEtiquetas

Más de gente

Las Más leídas