En sus años mozos, López estuvo ligado al quehacer cultural y deportivo de su pueblo Pimentel. Asegura que le gusta narrar, porque es un cuentista frustrado

José Antonio Arismendy López Quintero es el nombre de pila de Mendy López, quien a corta edad combinó sus conocimientos como jugador amateur de béisbol, sus dotes de cuentista y sus facetas como locutor, resultando uno de los más reconocidos y admirados narradores del país. “Se va elevando”, “Grandeee, grandeee” ,“Lindoooo”, “enooorme palo”, son solo algunas de las frases que identifican al narrador que solo con las Águilas Cibaeñas lleva 40 años en este ejercicio, que a nivel de béisbol profesional comenzó con el Escogido y pasó por las Estrellas Orientales.

1. Infancia

Recuerdo mi infancia en Pimentel haciendo travesuras. Mi papá había sido militar, si cometía una vagabundería sacaba la correa y mi mamá Erminda Quintero le decía, tú no ves que es un niño. Cuando hice la investidura del octavo curso, recuerdo que en el desfile yo iba con una madrina y mi mamá se me puso al lado y llegó conmigo hasta el club, le decían, doña pero usted no puede ir ahí, y le decía: ¿cómo qué no? Ese es mi hijo”.

2. Inicios en la locución

Cuando estaba en octavo curso llegó don Alfredo Achécar, que iba a instalar una emisora en Pimentel y preguntó ¿cuáles son los que mejor leen aquí? le contestó el profesor Nandito: Osvaldo Cepeda y Mendy López, y dijo pues van para la emisora los dos. Me tembló todo, tenía 13 años, el temor no me dejó ir. Pimentel era un pueblo de cultura, se hacían actos lírico-culturales, veladas, yo actuaba, Osvaldo dirigía, y cuando Osvaldo se fue a trabajar a San Francisco de Macorís me quedé en su función, todavía no era locutor, pero la gente comenzó a preguntar por qué no te examinas, y en 1962 me examiné, mi carnet es el 404”.

3. Nace el narrador

Jugaba béisbol en mi pueblo, cuando me hice locutor soñaba con narrar. El primer juego que narré lo hice vestido de pelotero, porque me di cuenta que el narrador no había ido y el comentarista era que estaba narrando, entonces hice un swing y me sentí mal, embuste, ¡no tenía nada!. Me sacaron del juego y dije, déjame narrar, y el locutor me pregunto: ¿tú eres narrador?, le dije no, pero soy locutor y pelotero, y me dijo sí, y ahí narré. Julián Javier era dueño del equipo Arroceros del Nordeste, el año de la fundación de la liga, me dijo oye tú vas a narrar con Los Arroceros, no se lo creía porque ya habían contratado a Félix Acosta Núñez y a Jorge Bournigal que trabajaban con el Escogido, le dije tú estás relajando. Fue mi primer año, 1975, aún conservo el micrófono con que narré el primer juego de mi vida. Ese mismo año me llamó el Escogido y comencé a narrar a nivel profesional”.

4. Entrada a Las Águilas

Emocionante ese momento en 1981, cuando me dijeron vienen de Santiago para que narres para Las Águilas, ahí me di cuenta que no moriría del corazón, ya había narrado para el Escogido. Ese fue un momento muy grande para mí, ese año cuando me dijeron que Las Águilas me querían me emocionó, porque resulta que era el equipo de mi simpatía, nací en un ambiente aguilucho, mamá siempre me decía ay Mendito cuándo será que tú vas a narrar para Las Águilas. Duré cuatro temporadas, me fui porque el equipo quería que narrara televisión y le dije que no. ¿Por qué televisión no?, me dijo el presidente Tito Hernández, le dije porque no voy a narrar lo que la gente está mirando. Quiero que alguien me diga como tú le cuentas a alguien lo que está mirando, por la radio tú no lo estás mirando, yo te lo estoy contando”.

5. Secreto a voces

Cuando me fui de Las Águilas, pasé a saludar a un amigo, el editor deportivo de Última Hora, quien llamó al dueño de las Estrellas Orientales y le dijo, tengo al narrador del equipo. Narré 4 temporadas con ellos. Al llegar a la rueda de prensa de las Estrellas Orientales para la temporada 89-90, en el Hotel Naco, había mucha gente en el salón, cogí el ascensor, entró el presidente de Las Águilas, al que le renuncié y me dice quiero hablar contigo, voy al carro y subo ahora. Momento inolvidable cuando entré a ese salón Onfalia Morillo me dijo: ¡ay Mendy, te vas para las Águilas! Le dije no”, no es así; viene otro y me dijo: ¡estos equipos ricos vinieron acabando con los equipos pobres, se van a llevar lo mejor que tiene San Pedro, que eres tú. Fui donde don Freddy Antún, el dueño del equipo, y le dije ¿ustedes me botaron?, me dijo no Mendy, nosotros te decíamos que ibas progresando cada día y que llegaría un momento que no podríamos pagarte lo que vales. Cuando Hernández vino hoy nos dijo lo que te iba a pagar, nosotros no podemos pagar. Cuando Hernández entró, los periodistas volvieron atacarme y él dijo en voz alta: pues que le paguen lo que le voy a pagar. Salimos a hablar afuera y me dijo que me pagaría el doble ese año y los dos entrantes. Pues ni pensarlo y me fui. Eso fue en septiembre de 1989 y desde ahí estoy con Las Águilas”.

6. Susto en Nicaragua

Otro momento que no olvido fue cuando llegué a Nicaragua en 1978 contratado por la Federación Nicaragüense de Béisbol, en plena Revolución. Estando allá, una vecina me dice: ¿usted no se ha dado cuenta que estamos cogiendo fuego?, miré el cielo, las nubes están rojas, mataron al periodista Pedro Joaquín Chamorro, dueño del diario La Prensa, opositor al gobierno de Luis Somoza; comencé a trabajar en un país que estaba en problemas. Saliendo de Matagalpa, el juego terminó como a las 11, nos detuvimos en otra ciudad y salimos de madrugada. Al otro día había el discurso del presidente Los Sandinistas, habían bloqueado todas las carreteras con grapas y cogimos dos, el carro se quedó y vinieron los guardias, cuando nos vieron sacaron armas, nos identificamos y nos dejaron ir. Fue un momento difícil. Dios nada más sabe lo que pasamos”.

7. México

Un día llegué al estadio Cibao y alguien me dijo que Chilote me quiere ver, que está viendo la práctica. Fui donde él, me dijo era el gerente general de los Sultanes de Monterrey, que quiere hablar contigo. Eso me pasmó. Me dice, te quiero allá narrando. Yo tenía mi esposa y la niña más pequeña, y me dijo se van todos, eso fue en 2006. Narrando en la cabina en un tercer piso, viene un empleado y me dice: unas personas están en el pasillo que quieren saludarte. Salí cuando terminó el inning y me encuentro con cuatro personas con una bandera dominicana. Me pasmé, me dijeron  nosotros somos dominicanos, estudiamos aquí, recuerdo que uno de ellos me dice: yo lo escuchaba en un campo en San Francisco y cuando lo oí aquí, arranqué para acá. Cuando volví al micrófono a comenzar el inning siete, fue entre sollozos porque me emocionó”.

8. Mudanza a Santiago

Duré 20 años narrando en Santiago, viviendo en la capital. Un año fuimos a Culiacán, México, Dominicana jugó con Puerto Rico. Cuando terminó el juego me dijo uno de los venezolanos: vámonos para el hotel a compartir un rato, cuando estaba tomándome unos tragos, uno me pregunta ¿por qué no vives en Santiago?. Me tocan los hombros y cuando volteo era Chilote y dice: yo se lo digo. Fuimos campeones, cuando llegamos fuimos al Almirante a celebrar y cuando terminó el acto me dice la secretaria: que dice el señor Llenas que no te vayas. Me entregó la llave de la casa donde vivía mi hijo Mendy, y me dijo: di que no tienes dónde vivir ahora. Le digo: ¿y el trabajo? Ahí se me acercó Juanchy Sánchez, que tenía una cadena de Grandes Ligas, y me dijo que me iba a pagar más de lo que ganaba en la capital. Al llegar a casa le dije a mi esposa que se preparara, que nos íbamos a vivir para Santiago, y aterrizamos en el Santiago que adoraba mi madre”.

9. Venció el COVID 19

Creo que Dios tuvo compasión de mí. Llegué de visitar una sobrina, me fui a la cama, porque me sentía mal. Llamaron al 9-1-1 y no acepté que me atendieran. Al segundo día tuvieron que llevarme al médico, de ahí no recuerdo más nada. Me cuentan mis hijas que se abrazaron a llorar. Chilote llamó a Plutarco Arias, quien llamó a la Unión Médica y les dijo cuidado si lo entuban. Llegó mi hija que es médico, y ahí comenzó la historia de 18 días en intensivo. Recuerdo cuando me dieron de alta, ya estaba consciente, pero inútil. Yo no podía pararme, mi hijo me cargaba para cualquier cosa. Ya me siento casi bien. Sé que para octubre vuelvo a ser un hombre”.

10. Llegada de los hijos
El nacimiento de mis hijos es inolvidable. Tengo 9 hijos de dos matrimonios. Quería 9 varones para hacer el equipo, Dios nada más me dio dos. Recuerdo cuando nació mi primera hija, Lisette, yo quería un varón para hacerlo pelotero- entonces cuando me dijeron que era hembra, les dije no, usted está relajando. Me decían Mendy hay que aceptar lo que Dios dispone, pero era para molestarlas que les decía que no, que era macho, que ustedes están mal. De repente comenzó a llorar la niña, les dije atiendan la muchacha, van a dejar que se muera y todo el mundo se rió. Cuando nació mi primer varón, no lo podía creer”.

Cumple sueños a través de su hijo

Aunque el narrador no pudo llegar a jugar béisbol profesional, vio cumplir sus sueños a través de los logros de su hijo Mendy López junior, quien ostenta el récord de jonrones como el líder de todos los tiempos en cuadrangulares de la Liga de Beisbol Profesional de la República Dominicana, y jugó con varios equipos de Grandes Ligas.

“No pude narrar ni el primer ni el último homerun de mi hijo Mendy, qué cosa esa! el primero lo jugaba en la capital, me quedé en casa viéndolo por televisión, porque no quería ir a verlo por los nervios, y cuando el pitcher hizo el “windup” se fue la luz y no lo vi, yo tenía un radio de pila y lo prendí, pensé que el narrador iba a decir que habían dos strike y una bola, y oigo que dice le dio en lo que se dice la misma cara, dije coño, pues fue Mendy. Ahí volvió la luz y vi la repetición del jonrón. No pude narrar el último, cuando rompió el récord de jonrones, al conectar el número 61, estaba acostado porque tenía problemas de salud, tenía puesta la mascarilla nebulizándome, me paré y me la quité, mi esposa me preguntó que qué iba hacer, le dije que iba a felicitar a mi hijo. Cuando llegué al play, me ve Moisés Alou, le dijo al árbitro que iba para el juego, que me dejara pasar, y abracé a mi hijo, fue un momento inolvidable, pero tampoco pude narrarlo. Memorable también el primer día que Mendy me señaló tras dar un jonrón. El señalaba primero a Dios, miraba hacia arriba y luego me señalaba a la cabina de radio, me dijo un boricua llorando, que esa era la única cosa en su vida que no había visto en deporte, que por eso es que Dominicana está muy por encima de Puerto Rico, porque hay algo, mira como ese muchacho hizo eso, es una barbaridad, nadie lo ha hecho”.

Inspiración
Narrar es como contar un cuento. Me gusta narrar, porque soy un cuentista frustrado. Yo he leído muchos cuentos, leí a Juan Bosch cuando le era prohibido venir al país.

Hijo adoptivo
Otro momento inolvidable fue cuando la sindicatura me hizo Hijo Adoptivo de Santiago. Estoy seguro que mi mamá se puso muy contenta”.

Reconocimientos
Los dominicanos residentes en New Jersey y en Lawrence me hicieron un homenaje, me querían matar del corazón. Me sentí honrado”.

Emotivo
En la Serie del Caribe del 2003 en Puerto Rico, alguien me dice queremos conocerlo, preferimos oírlo a usted y no a los de nosotros”.

Historia
Hace unos años escribí el libro ¡Si yo fuera narrador deportivo!, por supuesto ya siendo narrador, donde recojo las ilusiones que tenía de niño”.

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