Por qué Ana Gabriel le pidió perdón a Yailin La Más Viral en su show
Por qué Ana Gabriel le pidió perdón a Yailin La Más Viral en su show

Ana, Ana, Ana, Ana gritaba el público desesperado por ver a la artista. “Si ella hubiese querido hubiese abierto tres fechas más; la última se vendió más rápido que la primera”, dijo Saymon Díaz a elCaribe. Aún Ana Gabriel no salía.

Sus músicos llevaban más de 10 minutos en escena esperando el kiú. Al fin se apagaron las luces y se alzó la ovación. Los músicos salieron a proscenio. Contaron de cinco a uno y comenzaron con la música del oppening. Piano, bajo, batería, percusión, guitarra criolla, guitarra rítmica, clarinete, trombón y dos coristas. Todos de negro y con mascarillas.

Vista del público del Palacio de los Deportes, este sábado 29 de abril (Foto servida)

Ana apareció de traje rosado y mascarilla negra en mano. Después explicaría. Cantó Esta noche. Y recibió ovación. Agradeció a sus músicos.

En Soy como quise ser, coro absoluto.

«Santo Domingo, aquí está tu novia», declaró. Dijo que había estado tres veces en RD; la primera vez hace 30 años. Olvidó la cuarta, en Hard Rock Hotel y Casino Punta Cana.

Enseguida le entró con ganas a un medley que incluyó No sabes, Evidencias, -aquí el coro incluyó más voces de las que había en el Palacio de los Deportes (‘lo cierto es que te quiero más que a mí)-, Mar y arena, y No a pedir perdón, que fue la más movida.

Ana Gabriel dio clase de profesionalismo y respeto al público: ¡No sé qué más entregarles!» (Foto: Muriel)

Cantar, lo que es cantar, canta bien. Muy segura en las notas agudas. Mas bailar lo que es bailar. Como que es un poco atravesada. Hace el esfuerzo; pero en país bailón, Ana Gabriel no se destacada por bailar.

Se fue a oscuro el escenario duró unos 10 segundos. Volvió con otro éxito, Destino, y el coro general de por medio. Pequeña desafinación en un momento, antes del final. La presión es grande. El bullicio de la gente siguiéndola, se siente retumbar.

Luego hizo un homenaje a su mamá, con otra canción Y aquí estoy, muy coreada; terminó arriba.

Durante 13 segundos más se fue a negro. Volvió de la oscuridad diciendo «Cuando entré, estaban todos de pie», señalando la reverencia de los dominicanos.

Explicó que no se estaba tirando fotos, porque hace tres semanas dieron positivos al Covid algunos de su equipo muy cercanos. Entre otros la vestuarista. Sucedió en la Semana Santa. Aún así dejó que una señora de 79 años se hiciera un selfie con ella a la distancia de tres metros. Otros pidieron más fotos.

Arrancó de nuevo la música. “Baila el reggae y verás como arde la fiesta…”. Otra vez, al final se fue a negro. Bebía siempre un sorbito de algo, tal vez un té, así como hidratantes.

Cada canción de ana Gabriel fue una ovación (foto: Muriel)

Salieron unos mariachis a escena. Hizo un medley con Mi talismán, No entiendo, Tú lo decidiste.

Y entonces A pesar de todo. Y cada canción era coreada y cada ovación duradera, estruendosa.

Se trataba -oh sorpresa- de un público esencialmente joven. De 23 años para arriba.

Otro medley: Cómo olvidar, Ahora, Huelo a soledad, Hechizo.

Hubo un impasse. La gente se quejó de que la seguridad le prohibía tomar videos con luz, o fotos.

“Tienen mi autorización de tomar video, fotografía con o sin luz”, estableció Ana Gabriel.

El cuarto medley, esos comodines que permiten alterar el concepto de tiempo en el espacio, regaló Sin problemas, La reina, Vámonos, Me equivoqué contigo.

Después del establecido apagón del escenario de unos 10 segundos promedio, entre canción y canción, llegó El cigarrillo. Una especie de himno de las trabajadoras domésticas y las amas de casa dominicanas. Tanto fue, que la propia Ana Gabriel pidió que el público se la cantara.

Y otra vez el Palacio de los Deportes cantó -esta vez para ella- El cigarrillo.

Ana Gabriel hará dos noches más: una este domingo y otra el martes 2 de mayo (foto Muriel).

Luego Ana Gabriel confesó que el mariachi Reyes de México que la acompañaba, es dominicano. Tras cantar Demasiado tarde, despidió al mariachi y se quedó a solas con la banda.

El segmento final comenzó con Quien como tú; Hasta que te Conocí (Juan Gabriel) acompañada del guitarrista y luego con la banda, en una versión muy ovacionada.

Tomó un asiento y pidió recordar a Juan Gabriel y a Rocío Durcal. No me digas. “Tú siempre dispuesta a dar respuestas sin mirar la adversidad…”. Con Guitarra mía pidió el aplauso para el guitarrista que hizo el solo.

Comentó sobre un canal televisivo donde «una señorita dominicana dijo que Ana Gabriel se retiraba. No sé de donde sacaron eso. Llegará el momento, pero no es ahora», afirmó tajante.

Y cantó Luna. Otro de sus himnos. Justamente esa fue la que le ganó el apelativo de Luna de América. Y cerró con No te hago falta. Se despidió. Falso final.

Volvió a la ñapa: regresó con Ay amor («Ay amor, no sé qué tiene tu mirar…»). Y la ovación no paraba.

Continuó la despedida con Acto de amor.

Comenzó la música y Ana Gabriel mandó a detener la banda porque sus audífonos se habían apagado y no tenía referencia de la música. Mientras resolvían el público deliraba.

Cantó entonces Pacto de amor; remató con Solo quiero ser amada.

«Lo sabía, lo comprobé por segunda vez. Pero estamos de manteles largos…», confesó.

«No sé qué más entregarles. Esto y lo que sucedió con los audífonos, sucede porque estamos en vivo… En mis casi 49 años de carrera, jamás me he parado en un escenario para hacer play back. ¡Jamás! Porque es una falta de respeto», sentenció.

Pidió aplausos para su banda.

«Me comentan también que entre nosotros se encuentra una persona que yo, infortunadamente, no sabía de ella», expresó de manera sorpresiva.

«Me dicen que entre el público se encuentra Yailín (la más Viral)». El público alucinó. Le dio las gracias por venir y por unas flores que Yailín le hizo llegar con un seguridad.

«Veo como la quieren… Hice un video ofreciéndole mis disculpas, así que gracias por venir… Dicho lo anterior… ¡Y no llore…! O sí, llore, que para eso son las canciones… Gracias. Dios me la bendiga».

Yailín no pudo contener el llanto (Foto: Alfonso Quiñones)

Apoteosis con Simplemente amigos.

«Amigos simplemente amigos… cuánto daría por gritarles nuestro amor…» El público terminó cantándosela a ella, que mandó a detener a la banda para escuchar nítidamente el gran a Capella.

Y el final de finales, ahora sí, con la repetición de Ay amor. Ana Gabriel no encontraba palabras para agradecer. De novia pasó a ser la esposa de Santo Domingo. Y a lamentar los años que no vino al país.

Su profesionalismo pertenece a una estirpe en proceso de extinción.

La narrativa del amor en República Dominicana pasa por una señora mexicana, chaparrita con rasgos asiáticos, una mujer que ha sabido alunizar su profesionalismo. Y claro, convertirse en un referente popular del amargue, desde las baladas y las rancheras.

Sencillamente… brutal, como dirían los jóvenes. Esos que han hecho suya a Ana Gabriel, a pesar del dembow. «Quiero dejarlos llenos de amor», fueron sus últimas palabras. Confetis dorados. Reverencias a sus músicos y al público antes de perderse tras bambalinas.

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