Merengue.- Bonny Cepeda celebra este año su 35 aniversario en el merengue. Una trayectoria que le queda corta al tiempo que le ha dedicado a la música en sentido general, ya que desde muy joven ha sido instrumentista, pasión que heredó de su madre, la cantante Anan Cepeda, primera vocalista de la orquesta de Johnny Ventura.

Su sueño era ser músico clásico, pero la precaria situación económica que vivía junto a su progenitora y sus hermanos en el sector Villa Consuelo lo llevó a la línea popular.

“Mi intención era ser músico clásico, pero por la estrechez económica de la familia, sobre todo mami que era papá y mamá, porque se separó de mi papá, yo diría que casi me vi en la necesidad u obligación de irme a hacer música popular”, recuerda Bonny Cepeda durante una conversación con elCaribe, en la que recordó sus estudios en la Escuela de Música de Villa Consuelo y en el Conservatorio Nacional de Música, ubicado para ese entonces en el malecón de Santo Domingo.

Allí aprendió a tocar flauta, armonía, piano y cursó Pedagogía Musical, Dirección de Orquesta y Vocalización. Sin embargo, Bonny se dio cuenta que el camino hacia la música clásica sería difícil, porque no tenía posibilidades económicas para comprar un piano que costaba unos cinco mil dólares.

Pasos en el merengue

El intérprete de “¡Ay doctor!”, “La fotografía”, “Asesina” y “Cuarto de hotel”, entre otros temas que ganaron popularidad en la llamada “época dorada del merengue”, dio sus primeros pasos como merenguero motivado por el profesor Fausto Vizcaíno. En la orquesta “Los Monjes” fue que Fernando Antonio Cruz Paz, nombre real del artista, debutó en la industria musical y luego incursionó en la salsa con Rey Reyes (Momón Conga) y Eugenio Pérez.

Más tarde trabajó con Cheché Abreu, hasta que decidió formar su propio proyecto, denominado “La gran orquesta”, con Richie Cepeda (su hermano), El Zafiro y Andy Mesa como vocalistas.

“Ellos me dieron un golpe de estado, porque yo era muy difícil, me decían Trujillo. Yo era muy recto, lo que no caía bien en el grupo”, recreó. Tras salir de su propio grupo, pasó a ser parte de la orquesta de Wilfrido Vargas como pianista, hasta que entró Sonny Ovalle. También fue uno de los pioneros de la orquesta Los Hijos del Rey, donde se desempeñó como pianista, arreglista y compositor. “Después de ahí, me fui con Tito y Luis Kenton y formamos la orquesta Bonny con Kenton. De Bonny con Kenton me fui un año con Johnny Ventura, y de Johnny Ventura volví a grabar con Richie, con la orquesta de Bonny Cepeda, y pegamos nada más y nada menos que ‘¡Ay doctor!’”, explicó.

A partir de ahí, en 1984, la orquesta de Bonny Cepeda empezó a conquistar distintas plazas a nivel nacional e internacional, siendo “La fotografía” el primer tema que el cantautor pegó como vocalista. Al darse cuenta que ya su carrera había despegado, lo primero que hizo fue comprar una casa para su madre, adquirir el piano que nunca tuvo y luego su primer carro. El resto es historia patria.

Se preparó para el éxito

Cepeda sostiene que muchas personas no están preparadas para recibir el éxito, ya que cometen el error de creer “que uno es el secretario de Jesús en la tierra, que todo uno se lo merece y que todas las personas están a tu merced”. Reconoció que ha sido difícil poder mantenerse durante estos 35 años sin que nadie pueda mirarlo con un dedo acusador, pero, además, ha luchado para poder sostenerse con los cambios musicales.

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