Introducción
El sufrimiento forma parte de la vida diaria personal, familiar y social. Se quiera o no se quiera. Muchos tratan de sacar el sufrimiento de sus vidas. Más tarde o más temprano viene, cuando menos se espera. No es que amemos el sufrimiento por el sufrimiento. Seríamos unos enfermos. A esa enfermedad se llama “sadismo”. No es que seamos sádicos, sino que con sabiduría sepamos lidiar y manejar esta realidad de la vida cotidiana.

He aquí unos versículos de la Biblia, de libros de ella que nos pueden ayudar en esta tarea. Repetimos: no se trata de cerrar los ojos ni de ser sádicos, sino de ser sabios. La Biblia, sin lugar a dudas, es el mejor manual para aprender cómo manejar el sufrimiento con sabiduría, como ser sabios ante este fenómeno personal, familiar y social.

1- “Y, después de que ustedes hayan sufrido un poco de tiempo, Dios mismo, el Dios de toda gracia que los llamó a su gloria eterna en Cristo, los restaurará y los hará fuertes, firmes y estables”1 Pedro 5,10.
2- “Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que, con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren”, 2 Corintios 1, 3-4.
3- “Y no solo en esto, sino también en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia; la perseverancia, entereza de carácter; la entereza de carácter, esperanza”, Romanos 5, 3-4.
4- “De hecho, considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros”, Romanos 8, 18.
5- “Muchas son las angustias del justo, pero el Señor lo librará de todas ellas” , Salmo 34, 19.
6- “Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento”, 2 Corintios 4, 17.
7- “¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia?” Romanos 8, 35.
8- “Por tanto, ya que Cristo sufrió en el cuerpo, asuman también ustedes la misma actitud; porque el que ha sufrido en el cuerpo ha roto con el pecado”, 1 Pedro 4, 1.
9- “¡Dichosos si sufren por causa de la justicia! «No teman lo que ellos temen, ni se dejen asustar»” 1 Pedro 3, 14.
10- “Porque a ustedes se les ha concedido no solo creer en Cristo, sino también sufrir por él”, Filipenses 1, 29.
11- “Ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo”, Gálatas 6, 2.
12- “Despreciado y rechazado por los hombres, varón de dolores, hecho para el sufrimiento. Todos evitaban mirarlo; fue despreciado, y no lo estimamos”, Isaías 53, 3.
13- “Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido, golpeado por Dios, y humillado”, Isaías 53, 4.
14- “Pues todos sus días son dolor, y su ocupación, pensar; y ni aun de noche su corazón descansa. También esto es vanidad”, Eclesiastés 2, 23.
15- “Yo, como mis hermanos, entrego mi cuerpo y mi vida por las leyes de mis padres, invocando a Dios para que pronto se muestre propicio con nuestra nación, y que tú con pruebas y azotes llegues a confesar que él es el único Dios”, 2 Macabeos 7, 37.
16- “… completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia”, Colosenses 1, 24.
17- “Alégrense con los que se alegran; lloren con los que lloran”, Romanos 12, 15.
18- “Y el que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí”, Mateo 10, 38.
19- “Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte”, Filipenses 3, 10.
20- “Pues, así como participamos abundantemente en los sufrimientos de Cristo, así también por medio de él tenemos abundante consuelo”, 2 Corintios 1, 5.
21- “¿Pues qué gloria hay en soportar los golpes cuando han faltado? Pero si obrando el bien soportan el sufrimiento, esto es cosa bella ante Dios”, 1 Pedro 2, 20.
22- “Para esto fueron llamados, porque Cristo sufrió por ustedes, dándoles ejemplo para que sigan sus pasos”, 1 Pedro 2, 21.
23- “Al llegar a este punto, Job se levantó, se rasgó las vestiduras, se rasuró la cabeza, y luego se dejó caer al suelo en actitud de adoración. Entonces dijo: «Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo he de partir. El Señor ha dado; el Señor ha quitado. ¡Bendito sea el nombre del Señor!»” Job 1, 20-21.
24- “El que se aferre a su propia vida, la perderá, y el que renuncie a su propia vida por mi causa, la encontrará”, Mateo 10, 39.
25- “Te humilló y te hizo pasar hambre, pero luego te alimentó con maná, comida que ni tú ni tus antepasados habían conocido, con lo que te enseñó que no solo de pan vive el hombre, sino de todo lo que sale de la boca del Señor”, Deuteronomio 8, 3.
26- “Luego me postré ante Yahvé; como la otra vez, estuve cuarenta días y cuarenta noches sin comer ni beber, por todo el pecado que habían cometido haciendo mal a los ojos de Yavhé hasta irritarlo”, Deuteronomio 9, 18.
27- “Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso”, 1 Corintios 13, 3.
28- “Le quitaron la ropa y le pusieron un manto de color escarlata. Luego trenzaron una corona de espinas y se la colocaron en la cabeza, y en la mano derecha le pusieron una caña. Arrodillándose delante de él, se burlaban diciendo: —¡Salve, rey de los judíos!” Mateo 27, 28-29.
29- “¡Cuán dichoso es el hombre a quien Dios corrige! No menosprecies la disciplina del Todopoderoso”, Job 5, 17.
30- “En el infierno, en medio de sus tormentos, el rico levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él. Así que alzó la voz y lo llamó: “Padre Abraham, ten compasión de mí y manda a Lázaro que moje la punta del dedo en agua y me refresque la lengua, porque estoy sufriendo mucho en este fuego”, Lucas 16, 23-24.
31- “Pero Dios me ha ayudado hasta hoy, y así me mantengo firme, testificando a grandes y pequeños. No he dicho sino lo que los profetas y Moisés ya dijeron que sucedería: que el Cristo padecería y que, siendo el primero en resucitar, proclamaría la luz a su propio pueblo y a los gentiles”, Hechos 26, 22-23.
32- “¿Sufre alguno entre ustedes? Que ore, ¿Está alguno alegre? Que cante salmos”, Santiago 5, 13.
33- “…él, por su parte, a punto ya de morir por los golpes, dijo entre suspiros: “El Señor, que posee la ciencia santa, sabe bien que, pudiendo librarme de la muerte, soporto flagelado en mi cuerpo recios dolores, pero en mi alma los sufro con gusto por temor a él”, 2 Macabeos 6, 30.
34- “Jesús dijo a Pedro: “Vuelve la espada a la vaina. El cáliz que me ha dado el Padre, ¿no lo voy a beber?”, Juan 18, 11.
35- “Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados”, Mateo, 5, 6.

Conclusión
CERTIFICO que todos los versículos bíblicos, traídos en mi trabajo “VERSICULOS DE LA BIBLIA SOBRE EL SUFRIMIENTO” son citas textuales de la misma.

DOY FE en Santiago de los Caballeros, a los siete (7) días del mes de abril del año del Señor 2022. l

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