En Ed Vásquez, la República Dominicana tiene a uno de los más prometedores artistas visuales, ahora con asiento en la gran manzana, desde donde ha podido ir creando las bases para ampliar su formación, así como el mercado para sus obras. Es un creador que se alimenta de sus orígenes, logrando centrar sus experiencias a través del lienzo, sin perder de vista su sentido caribeño y la vitalidad expresiva de sus trazos. Ed Váquez habló sobre sus inicios, su trayectoria. Dónde nació, sus estudios, entre otros detalles. En ese sentido, explicó que nació y se desarrolló en Santo Domingo, pero desde hace 5 años reside en la ciudad de Nueva York. Respecto a su formación, indicó que es egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes, con el grado Cum Laude de la Escuela de Arte y Diseño de Altos de Chavón. Próximamente, Ed Vásquez se prepara para cursar una maestría en Artes Visuales en la New York Academic of Art, por medio de una beca que le concedió el Estado americano.

¿Cómo han sido sus primeros años en el arte?
Mi vínculo con el arte se desarrolla desde muy temprana edad. Mi padre era sastre y mi madre modista. Verles trabajar, me fue inspirando para recrearles a partir del dibujo. Ellos se fueron convirtiendo en mi referencia visual, tanto en la parte creativa como práctica. De manera que desde pequeño siempre estuve en un ambiente de telas, tejidos, diseños, retazos, los cuales se fueron convirtiendo en elementos para agotar un proceso de configuraciones por medio del lienzo.

¿Cómo siente que ha evolucionado su trabajo?
Todo artista en su trayectoria creativa experimenta un sin números de temáticas, las cuales va desarrollándose en base a su formación y experiencia. Las vivencias diarias, se convierten en un referente inmediato para la creación. Mis primeras obras reflejan aspectos de mi memoria vinculados a la actividad productiva de mis padres, lo que me guía a la recreación de ambientes de máquinas de coser y el proceso de manufactura, las tejedoras. Luego de mi paso por la Escuela de Arte y Diseño de Altos de Chavón, todo ese proceso creativo de confección, logra cantera en la serie pasarelas. Se trata de un estadio de tres momentos que se relacionan entre sí, donde al final recreo mujeres estilizadas, las cuales visten hermosos y estrambóticos diseños propios del fascinante mundo de la moda. En la medida en que avanzo en el proceso creativo, empiezo a explorar y ensayar con el color, logrando generar configuraciones vibrantes, enérgicas que dejan fluir mis deseos más internos. Mi producción visual deviene fundamentalmente figurativa abstracta. Son las transparencias, los puntos de fuga, la conexión con ese mundo más allá del lienzo, lo que me va permitiendo crear nuevas dimensiones por medio de mi arte. Ya en el periodo de consolidación de mi carrera artística, me inclino por asumir nuevos temas y formas de expresión, encontrando gran motivación en aspectos de la cotidianidad. De esta etapa surge la serie “Realidad”, a partir de aquí empiezo a ensayar con imágenes de un proyecto sumamente sensible en el que me inspiro, fundamentalmente, de los niños limpiabotas y los jóvenes que lustran los cristales de los vehículos en los semáforos. Con este experimento empecé a asumir mi entorno de forma distinta. Es como si el lienzo me abriera la posibilidad para prestar mayor atención a los problemas que afectan la sociedad y que muchas veces ignoramos.

¿Cómo define su arte?
Mi arte es un medio para la expresión de emociones, el cual devela un gran compromiso social en función de mi entorno. Mis obras transmutan mi formación y experiencias, pero, sobre todo, la forma en que me sensibilizo por las referencias del medio.

¿Qué puede ver el espectador a través de sus obras?
Cada espectador experimenta una motivación particular con el arte, mi intención es que de una manera u otra pueda conectarse con los elementos que le inspiren positivamente, de modo que esto arroje una reflexión formal que le sirva como experiencia de vida.

¿Qué le preocupa como artista?
Me preocupa dejar de transmitir por medio del arte mi punto de vista como persona, como ente social. El arte es una ventana al mundo y una forma de expresar nuestro parecer.

¿Cuándo y dónde realizó su primera exposición, cuál fue el tema?
Mi primera exposición fue en el verano de 2000, donde expuse la tesis de mi segundo año de Bellas Artes de la Escuela de Altos de Chavón. La muestra estaba integrada por una decena de obras. Se podría decir que la propuesta se había generado en medio de un estado de catarsis, ya que por medio de las obras afloraron los sentimientos atrapados en mi interior de cuando, a la edad de once años, perdí a mi hermana menor producto de un trágico accidente. Y es que, desde aquel momento, comprendí que quería ser artista, necesitaba canalizar todas las energías en mi interior y convertirlas en emociones a través del arte.

¿Cuál ha sido el aprendizaje que le ha dejado su trabajo como artista?
El mundo del arte es un aprendizaje constante. Hasta el momento, he logrado conocerme más, explorar nuevos caminos, experimentar bastante, incluso, me he animado a trabajar en una propuesta audiovisual en YouTube y por medio de la cuenta @edvasquezart, familiarizarme con el lente, pues me ha tocado ensayar con video y fotografía, edito todo el material y configuro mis propios diseños. Todo esto me ha llevado a darme cuenta que como artista no podemos fijarnos limitaciones, pues debemos buscar los medios necesarios para expresar nuestro sentir.

¿Cuál ha sido su mayor reto en la pintura?
Mantenerme enfocado haciendo lo que realmente me hace sentir feliz, independientemente de las circunstancias.

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