Andrés Lamarche es un joven apasionado del arte. Da sus primeros pasos en ese mundo de colores que tanto ama. El interés por la pintura comenzó a germinar en él desde muy temprana edad. Recuerda que cuando tan solo tenía cuatro años acompañaba a su madre, Jacqueline Benzán, a sus clases de pintura en la Zona Colonial. Asegura que, desde niño, debido a la formación que tuvo, siempre dio rienda suelta a su creatividad. Tras esos pequeños pasos, Lamarche entró a Bellas Artes a los nueve años, y a los doce comenzó a recibir clases privadas en las que tuvo la oportunidad de experimentar con técnicas con pastel y óleo por primera vez. Apunta que sus creaciones son el fruto de una epifanía, “en busca de lo atemporal”.

¿Cómo inicias en el mundo del arte?
Desde temprana edad fui introducido al mundo del arte por mi madre, Jacqueline Benzán. Solía acompañarla a sus clases de pintura en la Zona Colonial cuando tan solo tenía cuatro años de edad. Mi madre es fundadora y directora de un colegio Montessori. Fui estimulado durante toda mi niñez con ejercicios que desarrollaban los sentidos sensoriales con un estilo educativo que crea un entorno de libertad a los niños, de manera que pueden dar rienda suelta a su creatividad, a no tener miedo al error. Luego inicié clases de dibujo en Bellas Artes a los nueve años, y a los doce años recibí clases privadas en las que tuve la oportunidad de experimentar con técnicas con pastel y óleo por primera vez.

¿De qué recibes inspiración para expresar tu arte?
Siento una atracción y fijación especial por los rostros y la anatomía humana. Los ojos juegan un papel protagónico en mis obras. Pienso que una mirada puede lograr extenderse en el tiempo, la memoria, viajar por los recuerdos y leer los sentimientos. Me fascina el surrealismo, la manera de trascender la realidad explorando un impulso psíquico de lo imaginario entre los sueños y lo irracional. Igualmente, suelo buscar inspiración a través de la cinematografía y libros de ciencia ficción. Los artistas de mayor influencia artística en mi arte son Vincent Van Gogh, Francis Bacon, Claude Monet y Salvador Dalí. Asimismo, compositores como Claude Debussy, Johan Sebastián Bach y contemporáneos como John Lenehan, Carter Burwell y Ludovico Einaudi.

Háblanos sobre tus primeras obras y cómo estaban compuestas?
Mis obras nacen de una epifanía, en busca de lo atemporal. Con la intención de convertir lo ordinario en algo emocionalmente cuestionable. Jugando con la liberación del inconsciente y confiando en mi propio instinto, destilando mis emociones en el proceso de creación en cada pieza.

¿Cuáles son los desafíos que tienen los artistas contemporáneos?
En este momento nos encontramos en un desafío global, una pandemia que nos ha llenado de incertidumbre y miedo. Este es un momento crucial en los artistas para seguir creando, adaptarnos a esta nueva crisis y evolucionar. Además, derribar los conceptos establecidos para romper los paradigmas y generar nuevos experimentos y aproximaciones ante aquello que queremos cambiar, marcando así un antes y un después en esta época.

¿Cuál ha sido el mayor reto que has tenido que enfrentar en toda tu carrera?
Dedicarme tiempo completo a lo que realmente me apasiona. Por mucho tiempo estuve trabajando en otras áreas o proyectos en los que nunca me sentí conforme o alienado con mi verdadero propósito, hasta el momento en que decidí enfocarme en lo que realmente amo y trabajar por ello. Siempre estará el temor al fracaso, es inevitable. Tarde o temprano llegará, pero nunca se está preparado para esto y cada lección será grata. Por eso he decido aprovechar el momento presente para hacer lo que me hace sentir vivo a plenitud. El arte es el camino en el que siempre encuentro felicidad.

¿Cuál ha sido tu mayor satisfacción en lo que llevas de carrera?
Ser “chavonero”, es decir, haber estudiado en Altos de Chavón. Haber tenido la oportunidad de estudiar en una escuela de arte que cambió la perspectiva y dirección de mi vida. Estar rodeado de una comunidad de artistas y profesores maravillosos que siempre creyeron en mí. He recibido el apoyo y cariño incondicional de esa gran familia desde el momento en que inicié mi trayectoria como artista. Además, mi mayor satisfacción es ver una obra concluida, ver cómo parte de mí queda plasmada con colores. Ese sentimiento inexplicable siempre me llena de regocijo.

¿En cuáles proyectos trabajas actualmente?
Me encuentro trabajando en una colección para presentar a principios del próximo año. Estoy experimentando con nuevas técnicas y estilos. Aunque actualmente nos encontramos en una situación en la que es difícil proyectarse a largo plazo, dado a la incertidumbre en la que estamos, me gustaría realizar colaboraciones y proyectos con otros artistas contemporáneos del país y realizar exposiciones en el extranjero.

Enfoque
Me fascina el surrealismo, la manera de trascender la realidad explorando un impulso psíquico de lo imaginario entre los sueños y lo irracional”.

Desafío
En este momento nos encontramos en un desafío global, una pandemia que nos ha llenado de incertidumbre y miedo”.

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