Cintia de la Cruz explica: “Las historias en mi libro fueron situaciones reales que padecí”. FUENTE EXTERNA
Cintia de la Cruz explica: “Las historias en mi libro fueron situaciones reales que padecí”. FUENTE EXTERNA

Abogafa y escritora

Desde niña, Cintia de la Cruz aprendió a ser muy curiosa y a interesarse en todo lo que tenía que ver con los seres humanos. Esto despertó en ella la necesidad de ser creativa, querer descubrir su autenticidad y saber qué legado podría dejar a sus semejantes. En sus últimos quince años, de la Cruz ha sido consistente en querer conocer cuáles son los pensamientos que nos conducen a sentir las emociones y los comportamientos en nosotros. Por eso, su mayor propósito al escribir su más reciente libro “No pelees por el dulce” es poder ser parte del proceso de aliviar el dolor y la culpa que “podamos sentir a causa de lo aprendido en nuestro entorno; a descubrir valores, especialmente amarse por el simple hecho de ser parte de este planeta y a celebrar con una sonrisa cada mañana, “que tenemos el privilegio de amanecer con vida”.

¿Cuándo decides embarcarte en este proyecto de escritura?

Desde los 15 años he llevado un diario y en 2014 después de una meditación vi la palabra dulce y entonces me pregunté, pero ¿por qué esa palabra viene a mí?. Me quedé todo ese día pensando en ella y descubrí que era una señal de describir la adicción por la cual estaba pasando y que debía plasmar todas mis vivencias en un libro, pero la procrastinación reinó en mí varios años y volví a tomar el proyecto en 2020 cuando descubrí que mi hija tenía una adicción a las redes sociales.

¿Planificas las historias antes de escribirlas o surgen sobre la marcha?

Las historias en mi libro fueron situaciones reales que padecí y fue muy fácil plasmarlas en el libro, pues siempre he llevado mi diario, solo tuve que recordar parte de mi niñez que fue cuando compré mi dulce y escribirla. El proceso en el mismo está basado en esa lucha interna de reconocer que tenía ese dulce que se había convertido en amargo y como querer dejarlo y no pelear tanto conmigo misma.

Cintia de la Cruz afirma que desde niña aprendió a ser muy curiosa y a interesarse en todo lo que tenía que ver con los seres humanos.

¿De qué trata “No pelees por el dulce”? Explícanos un poco la temática y su importancia para los lectores?

Nosotros los seres humanos vivimos basados en hábitos que aprendemos en nuestro entorno, y muchas veces lo compramos en nuestra sociedad para sustituir sentimientos de rechazo, dolor y sobre todo el desamor a nosotros mismos. Pero son esos patrones de conductas repetitivas e impulsivas que realizamos y tenemos la necesidad de ejecutar diariamente para poder obtener aceptación y disfrazar esas sensaciones de placer que derivan esos determinados actos y que identificamos como felicidad, son nuestros dulces. Los dulces en mi libro son esas dependencias físicas o psicológicas a un dulce de sustancia o actividad, las cuales a menudo nos dan consecuencias negativas para la salud y el bienestar del individuo. Esos dulces que refiero en mi libro son: juegos de azar, cigarrillos, drogas duras, alcohol, redes sociales, compras compulsivas, comida en exceso, sexo y pornografía. La importancia de hablar de ellos es porque la mayoría de las veces tenemos alguien en la familia o nosotros mismos que padecemos de una adicción, nos da vergüenza de que se sepa y no sabemos cómo combatirla. Simplemente estoy abogando para que podamos reconocer y sanar cualquiera adición si practican los 5 pasos con los que yo pude vencer la mía y mi hija también.

¿Cuáles son las actividades que realizas para llevar esta obra al público?

Mis actividades son promover el libro en mis redes sociales, conferencias sobre el mismo en las escuelas, universidades, visitando los grupos de alcohólicos anónimos, Hogares Crea, las cárceles y en pocas semanas mi programa en mi canal de YouTube Un paréntesis entre tú y yo con el podcast: Entre tú y yo.

‘En tu faceta de escritora, ¿qué es lo más satisfactorio que has logrado?

La satisfacción cuando impartí la conferencia en la escuela JFK, sobre un paréntesis entre las redes sociales y los cigarrillos electrónicos, donde se me acercaron muchos de ellos pidiéndome el libro, cómo seguirme en mis redes y al finalizar esa tarde ver cómo llegaban las notificaciones de seguimiento junto a mensajes de cuánto les gustó, algunos que les gustaría ser escritores. fue emotivo y me siento paga.

Cintia de la Cruz también es abogada

¿Qué quieres lograr en el lector con la lectura de este libro?

Que reconozcan que somos seres de amor y porque una persona sea adicta no significa que sea mala, juzgarla o encasillándola de que no encaja más en la sociedad y que recuerden que detrás de ese niño o niña hubo una vez ese ser juguetón, cariñoso, inteligente, pero que a través del tiempo perdió su conexión consigo mismo y cayó en las garras de comprar un dulce.

¿Cómo ves el camino para escritores dominicanos que quieran desarrollar su carrera, y qué les recomendarías en un mercado aún tan arriesgado en RD?

Estamos en una época en la cual se está perdiendo el hábito de la lectura, pero les recomiendo que plasmen sus ideas y conocimientos pues solo tienen una sola oportunidad de estar en este planeta tierra para dejar su legado. Aunque el mercado ha cambiado mucho, lo importante es su aporte a su familia y a la sociedad.

¿En RD tenemos graves problemas con las adicciones y dependencias a sustancias entre jóvenes y adultos, qué acciones crees que debemos tomar como país para enfrentar estos problemas tanto al nivel de las instituciones públicas como privadas?

Creo que debemos desarrollar programas de autoayuda, creando una materia en las escuelas basada en el desarrollo del individuo para aprender a conocerse, aceptarse a sí mismo y enseñar prevención a esos “caramelos” envenenados que nos ofrece la sociedad. Por ejemplo, los cigarrillos, alcohol son legales en sus compras, solo requieren 18 años para las ventas de estos y como nos bombardean con sus campañas publicitarias para las compras y consumo de estos. No vemos campañas de promover el amor, aceptación y los atributos divinos que tenemos como seres humanos que somos. Tanto el sector público como privado debieran de aportar recursos a esos centros de adicciones, promover programas de becas para todos los jóvenes que deseen estudiar psicología o psiquiatría y crear un centro en cada ciudad para manejar la salud mental del individuo. Somos mentes, no cuerpos. Es penoso ver cómo nuestra sociedad se desintegra cada día más, donde lo importante es el consumo a lo material sin importar los valores espirituales del individuo.

¿Dónde los lectores dominicanos y extranjeros pueden conseguir el libro?

A nivel internacional Amazon, Barnes & Noble y aquí en la República Dominicana en Librería Cuesta, Editorial Santuario y los economatos de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).

Petición

Estoy abogando para que podamos reconocer y sanar cualquier adicción si practican los 5 pasos con los que yo pude vencer la mía y la de mi hija también”.

Opinión

Es penoso ver cómo nuestra sociedad se desintegra cada día más, donde lo importante es el consumo de lo material sin importar los valores espirituales del individuo”.

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