Un tragedia inesperada

En las últimas páginas Retro hemos reseñado algunas veces en que personajes de la política se han retado a duelo. En 1966, Antonio Imbert Barrera desafió a Juan Bosch. En octubre de 1969, Antonio Imbert, otra vez, invitó a un duelo, esta vez a Luis Homero Lajara Burgos. En 1995, le tocó el turno al presidente Balaguer, quien retó en una carta pública a “la persona que señalaré a comparecer ante el suscrito en el terrero del honor el próximo 27 de febrero”. Ninguno de estos duelos se llevó a cabo, y por lo tanto, no hubo muertes que lamentar.

Sin embargo, en mayo de 1969, dos amigos, realmente amigos, sin retarse a duelo, resultaron ambos muertos.

Así sucedieron las cosas: Era el sábado 17 de mayo de ese año. Dos buenos amigos habían salido juntos de la capital, Santo Domingo, con dirección hacia la Línea Noroeste a visitar una finca perteneciente a uno de ellos. De regreso, se detuvieron en un restaurant denominado La Ceiba, cercano a una estación de gasolina, luego de pasar La Vega, a unos cinco kilómetros antes de Bonao.

Llegaron a ese restaurante alrededor de las 12 del mediodía. Uno de los señores era el ingeniero Luis Mauricio Bogaert, quien había sido nombrado Administrador de la Compañía Dominicana de Aviación pocos meses antes. El otro era el ex director de la Cédula de Identidad Personal, Rubén de Lara Romero. Eran amigos de larga data. Durante todo el viaje y en el lugar de esparcimiento, disfrutaban de una usual amigable y amena conversación, rociada con bebidas alcohólicas. Los acompañaban José Onorio Ureña, quien estuvo con ellos en el restaurant por solo una hora y se retiró a su casa en Bonao.

Al transcurrir la tarde sucedió un hecho inesperado. Rubén de Lara mató accidentalmente a su amigo Bogaert, aproximadamente a las 5:30 de la tarde, según reseñan los documentos investigados. Hasta hoy no se tiene idea clara de lo sucedido.

El ingeniero Bogaert recibió una herida de bala en la axila derecha, con salida por la región supraclavicular izquierda. El arma que le ocasionó la muerte fue una pistola calibre 45 que portaba de Lara con permiso.

Uno de los testigos de este trágico accidente fue el camarero del lugar, Domingo Antonio Rosario, quien narró a la prensa que los señores discutían en voz baja y que por el sonido de la vellonera no lograba escuchar lo que decían. Sin embargo, dijo que ellos bromeaban con sus armas, y en varias ocasiones, se apuntaban sobándolas, no llegaban disparar y volvían a guardarlas.

Rosario explicó que después que Bogaert recibió el disparo que le causó la muerte, Lara salió desesperadamente del bar y se dirigió a la autopista buscando auxilio. Pero nadie le puso atención. Trató de detener a un vehículo policial, disparó al aire tratando de ser escuchado, lo que no logró, porque en ese momento llovía fuertemente y el vehículo transitaba con los vidrios cerrados.

Al verse en esa situación, decidió quitarse la vida. Se disparó en la cabeza, en la sien derecha, con salida en la parte izquierda del cráneo, con pérdida de la masa encefálica.

El acompañante que estaba con ellos, Ureña, que se había retirado, había sido llamado por los amigos que compartían en el restaurant y dijo que presenció una discusión acerca de varios temas y que en varias ocasiones intentó calmarlos. Ante su impotencia para apaciguarlos, decidió salir a buscar ayuda policial. Sin embargo, narró luego, que escasos segundos después, escuchó un disparo que venía del restaurante, lo que lo obligó a devolverse y encontrar que Bogaert había sido baleado por su compañero Lara.

Surgieron muchas versiones en torno al caso. Aquí mencionamos algunas:

1. Se dice que el hecho ocurrió porque discutían sobre quién pagaba la cuenta

2. Algunos periódicos reseñaron que ellos acostumbraban a bromear sobre el valor de los mocanos y de los hombres de la Línea Noroeste. Lara era de Moca y Bogaert de este último lugar, y cada uno sacaba sus pistolas para mostrar su hombría

3. El testigo que estaba con ellos, Ureña, dijo que en su presencia discutían de temas personales, los cuales tomaban como chanzas para sacar sus armas apuntándose

4. El jefe policial que atendió el caso dijo que la muerte de Bogaert sucedió accidentalmente, porque ambos estaban tomando, y a Lara se le escapó un tiro…

Con el tiempo, se han hecho especulaciones políticas. Bogaert era un reconocido profesional, que había desempeñado con toda probidad, varias posiciones en el gobierno de Balaguer a partir de 1966, pero… se mencionaba como posible acompañante de Francisco Augusto Lora en las elecciones que se celebrarían al año siguiente. Es conocido que esta candidatura de Lora, por un partido recién creado por él, el MIDA, (Movimiento de Integración Democrática Antirreleccionista), surgió como opción a la decisión de Balaguer de repostularse, rompiendo así su promesa hecha a Lora de que en este segundo término, Lora sería el candidato presidencial por el Partido Reformista que lo había llevado a la segunda posición. Pero… Rubén de Lara Romero también era lorista…, lo que lo había llevado a escribir una carta a Balaguer, publicada la semana pasada en Página Retro, en la cual se quejaba por haber sido destituido de su cargo como Director de la Cédula, y por haber sido nombrado en un cargo en la Secretaría de Relaciones Exteriores sin habérsele consultado con anterioridad, posición que no aceptó… Entonces, pudiera descartarse la explicación de motivos políticos. Ambos estaban en el mismo bando.

En resumen, dos amigos íntimos terminaros sus vidas en una tragedia. Realmente no se sabe la causa principal. Pero lamentablemente a menudo surgen situaciones de violencia que pueden ser evitadas, si no hay de por medio influencias alcohólicas o el juego con armas. De viejo se dice que juegos de manos, juegos de villanos… No hubo reto a duelo en el campo del honor, pero hubo dos muertos en el campo de la amistad que sumió en un profundo duelo a dos familias amigas.

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