La mayoría de estos monumentos patrios son visitados por extranjeros interesados en conocer la historia dominicana

República Dominicana tiene una serie de monumentos históricos que rinden homenaje a la lucha de los héroes de la Patria, que convirtieron nuestro país en una nación libre, soberana e independiente. Cada uno de estos patrimonios nacionales, especialmente los emplazados en el Gran Santo Domingo, representan obras arquitectónicas de gran valor y un atractivo turístico para los extranjeros interesados en conocer parte de la historia del país.

La Plaza de la Bandera es uno de esos monumentos, probablemente uno de los más conocidos por los criollos, sobre todo por los que habitan en la capital, ya que está ubicado en la intersección de las avenidas 27 de Febrero y Gregorio Luperón, dos de las más concurridas arterias de la ciudad.

Esta obra fue inaugurada por el expresidente Joaquín Balaguer en el 1978 con el nombre de Plaza Independencia. Está ubicado en el centro de una serie de edificios públicos que incluye la sede de las Fuerzas Armadas, la Junta Central Electoral (JCE), el Tribunal Constitucional, el Instituto Agrario Dominicano (IAD) y el Centro de Exportación e Inversión de la República Dominicana (CEI-RD).

El expresidente Leonel Fernández, reinauguró el 14 de febrero del 1997 el monumento luego de haber sido sometido a una remodelación, y lo rebautizó con el nombre de Plaza de la Bandera, en sustitución del nombre que le había puesto Balaguer. El diseño de esa obra estuvo a cargo del arquitecto Cristian Martínez Villanueva, quien construyó la estructura como una cruz latina, que puede apreciarse desde el aire, y en cuyo centro se erigió una réplica del Arco del Triunfo.

A ambos lados del arco fueron colocados dos ángeles que representan la gloria y el honor, y al centro, una escultura que simboliza la patria, que sostiene al soldado caído, elaborada por el escultor Juan de Ávalo.

En 2012, una guardia de honor trasladó desde el Museo del Hombre Dominicano hacia el Salón Restauración del Ministerio de las Fuerzas Armadas, esos restos del soldado elegido por una comisión de investigadores para representar todos aquellos que lucharon a favor de la independencia y la soberanía nacional de manera anónima.

Esa persona, cuyos restos fueron encontrados en Moca, provincia Espaillat, es considerada como el “soldado desconocido” o el soldado caído, que descansa en una tumba construida en mármol negro en la Plaza.

De acuerdo con historiadores, la idea del “soldado desconocido” no es destacar a esta persona, sino que por su entrega a la patria represente a todos los que también realizaron gestos heroicos de manera anónima en las guerras de la Independencia y la Restauración de la República Dominicana.

La cripta está precedida en su parte frontal por una escultura denominada “Uno de tantos”, del artista criollo Abelardo Rodríguez Urdaneta, considerada su obra escultórica más importante. La obra fue realizada en el 1903, representa al soldado herido y abandonado sobre la tierra que defendiera con valentía.

La Plaza de la Bandera fue remodelada una vez más el 25 de febrero –Día de la Bandera–del 2012, por el expresidente Leonel Fernández. La reconstrucción estuvo a cargo de la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE) e implicó una inversión de RD$40 millones.

Otro de esos monumentos patrióticos es el Faro a Colón, un espacio construido a partir del 14 de abril de 1948, cuando el país estaba bajo la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo y finalizado en el 1992, en la gestión del expresidente Joaquín Balaguer, para conmemorar los 500 años del descubrimiento de América.

La obra, erigida en honor al almirante Cristóbal Colón y donde supuestamente están sus restos mortales, está hecha en mármol y cerámica italiana.

El Faro a Colón está ubicado en el sector El Pensador, de Villa Duarte, en Santo Domingo Este. Consta de 251 faroles y una altura de 104 metros y siete niveles.

En este monumento se investiga, expone, conserva y difunde la memoria histórica y el patrimonio internacional relacionado con el descubrimiento, colonización y evangelización de América, en las tres vertientes involucradas, Europa-Asia, África y América.
Diariamente a este mausoleo asisten turistas de diversas nacionalidades con la finalidad de conocer la trayectoria del almirante, de los guías turísticos.

De acuerdo con datos históricos, la construcción de esta obra tiene una cualidad política-social que no tienen los demás monumentos nacionales, y ello es que su idea original y el proyecto de su construcción no fueron obras de Trujillo ni de Balaguer, sino que fueron adoptados como resolución en una de las reuniones de los Cancilleres, o sea, de los gobiernos latinoamericanos, de los Estados Unidos y Canadá, reunidos en Santiago de Chile en el año 1923, en el marco de la antigua Unión Panamericana, antecesora de la Organización de Estados Americanos (OEA), para honrar la memoria del navegante.

Otro de los monumentos es la Puerta del Conde, llamado anteriormente Bastión de San Genaro o Baluarte 27 de Febrero, es un edificio de corte militar del siglo XVI-XVII, formado por dos cubos macizos con un arco en piedra entre ambos. Asimismo, una muralla, una fosa triangular dirigida hacia el este y varias garitas, completan la instalación militar. De acuerdo con datos históricos, la puerta servía de entrada a la ciudad de Santo Domingo.

Esta obra se remonta al 1543, momentos en los cuales se inician las construcciones de tipo muralla como línea defensiva de la ciudad de Santo Domingo. Esta parte de la muralla, según registros, fue modificada en el año de 1655, luego que ingleses, al mando de Penn y Venables, invadieron el territorio de Santo Domingo, siendo rechazados por tropas al mando del Capitán General de La Española, Bernardino de Meneses y Bracamonte, Conde de Peñalba, nombrado luego este lugar con el nombre de “La Puerta del Conde” en honor suyo.

Esta obra fue declarada Monumento Nacional por medio de la Ley No. 932 del 26 de junio de 1935 y destinada para que sirviera de altar de la Patria por la Ley No. 1185, el 10 de octubre de 1936.

Justo en la Puerta del Conde se proclamó la independencia dominicana la noche del 27 de febrero del 1884 y se izó por primera vez nuestra bandera. En la actualidad, la Puerta del Conde constituye la entrada al Altar de la Patria, mausoleo constituido en mármol, en cuyo interior descansan los restos de los Padres de la Patria: Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez, y Matías Ramón Mella.

La Puerta de la Misericordia es uno de los monumentos históricos más visitados por los extranjeros.

Otras obras en la Ciudad Colonial

Otro de los monumentos patrios, es el Panteón de la Patria, antigua Iglesia de los Jesuitas, ubicado en la calle Las Damas. Este monumento, donde están sepultadas figuras insignes de la historia dominicana, perdió su carácter religioso en 1772 al ser expulsados los jesuitas de los dominios españoles. La última restauración, realizada en 1961, la convirtió en Panteón Nacional. Asimismo, está la Puerta de la Misericordia, en la Calle Palo Hincado esquina Calle Arzobispo Portes, en la emblemática Ciudad Colonial. El nombre se le asignó en 1842, después de un terremoto, cuando se erigió una ermita en su vecindad con ese nombre. También está el Parque a Colón, en la Calle El Conde entre Isabel La Católica y Meriño. Esta era una antigua plaza de armas contigua a la Catedral de Santo Domingo, la Primada de América. Las edificaciones a sus alrededores concentran los poderes religioso y civil, dando origen al concepto de ciudad española en América, indican registros históricos, en los que se precisa que el monumento en bronce, con la estatua de Cristóbal Colón con la aborígen que representa a Quisqueya a sus pies, fue realizado en Italia y erigido en 1899 durante el gobierno del dictador Ulises Heureaux.

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