“La Universidad no puede tener ningún tipo de atadura. En un plano científico debe estar abierta a todas las corrientes del pensamiento”, dijo el rector de la UASD buscando el fuero y la autonomía

Apesar de que el 31 de diciembre de 1961, el entonces presidente de la República, el doctor Joaquín Balaguer, promulgó la Ley 5778 que otorgó autonomía y fuero a la Universidad de Santo Domingo, esta institución no logró ejercer plenamente ese poder, porque años después seguía siendo necesario reclamar esos derechos. En esta ocasión, la Zona Retro recuerda la exposición realizada ante la Asamblea Constituyente en la que se solicitó que se incluyeran en la nueva Constitución dichos derechos y libertades para la universidad.

Rector expone ante Asamblea

El 27 de octubre de 1966, el rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, doctor Julio Cesar Castaños Espaillat, compareció ante la Asamblea Nacional para exponer la necesidad de que sean consagrados en la nueva Constitución, el fuero y la autonomía de la UASD.

El rector de la alta casa de estudios afirmó: “La República y la Universidad son eternas en el pensamiento de los dominicanos; por lo tanto, la institución no puede tener ningún tipo de atadura. Desde una perspectiva estrictamente científica, debe estar abierta a todas las corrientes del pensamiento”.

En este sentido, el presidente de la Asamblea Constituyente, Rodolfo Valdez Santana (PR), le dio la bienvenida al doctor Castaños Espaillat, quien de pie ante la audiencia exponía la importancia y necesidad de consagrar en la nueva Carta Magna la autonomía y fuero universitarios.

Castaños Espaillat solicitó a un legislador reformista que presentara una moción ante la Magna Asamblea para instar a la consagración constitucional de la autonomía y el fuero universitarios.

El legislador designado para la tarea fue Camilo Casanova, de quien el doctor Castaños Espaillat afirmó que había tenido una destacada participación en la obtención de esos logros universitarios en 1961.

En este contexto, añadió: “Debe ser esencialmente una comunidad que una a los hombres en la tarea de buscar la verdad, proyectar el futuro de la sociedad y fortalecer los valores humanos. Es una institución al servicio de la Nación y le correspondía colaborar en la resolución de los problemas nacionales”.

De igual manera, subrayó que cuando la universidad reclamó su autonomía y fuero en el año 1961, el doctor Joaquín Balaguer, quien en ese momento ocupaba el cargo de presidente de la República, presentó un proyecto de ley al Congreso Nacional sobre la autonomía y el fuero universitarios. Dicho proyecto fue aprobado con modificaciones.

Sucesos trascendentales

Al llegar al final de su discurso, que duró alrededor de 45 minutos, el rector escogió a nombre de la UASD al doctor Camilo Casanova, diputado reformista por la provincia de Santiago.

Casanova aseguró que jamás había recaído sobre él un honor tan alto como el que se le confirió en ese momento, y que la misma inquietud que componía la familia universitaria la sentía él.

En tal sentido, agregó que se sentía orgulloso de aceptar la encomienda que le honraba y que, con el mismo entusiasmo que había dedicado a todos los actos de su vida, llevaría a cabo esa misión. También expresó que con el mismo entusiasmo que había demostrado en 1961 al lograr la autonomía y el fuero universitarios desde su posición como legislador en ese momento, lo haría de nuevo en esta ocasión.

En cuanto al logro que representaba reunir a la Asamblea con tal motivo, opinó que jamás en la República Dominicana había tenido lugar un acto de trascendencia igual al vivido en ese momento. “El país está dando la nota más alta de democracia y libertad” aseguró Casanova.

Finalizó su participación con las siguientes palabras: “Desde 1844 al día de hoy, que gobierna el Presidente Balaguer, no se había dado una prueba más grande de libertad y democracia”.

El rector Castaños Espaillat expresó que, al lograr su autonomía y fuero, la Universidad aspiraba a cumplir su verdadera misión: ser una institución científica imparcial, al servicio de la Nación dominicana, sin verse condicionada por ningún tipo de prejuicios.

Señaló que sin embargo, fuerzas internas y externas se opusieron y trataron de que, aunque autónoma y con fuero, la Universidad fuera un centro de persecuciones políticas e ideología. Naturalmente, constantes y prolongadas crisis la aplastaron durante varios años, impidiéndole ser lo que se proponía ser.

Entre crisis y acusaciones, añadió que se llegó hasta a presentar la Universidad como un centro de adoctrinamiento político, incubador y propagadora de ideas y actividades extremistas; deshacedora de tradiciones; irrespetuosa de Dios y de los hombres.

Respuesta al discurso y peticiones

Un constituyente calificó el acto desarrollado ante la Asamblea como mesurado. El total de aprobación del discurso fueron diecisiete senadores reformistas que opinaron que fue “ponderado y mesurado y que merecía ser estudiado a fondo”.

Por su parte, el representante por Baoruco, dijo que egresado de ese alto centro de estudios daría su voto como favorable para que se consagre en la Constitución la autonomía y fuero universitario.

El doctor Jacinto Pérez Acosta estuvo de acuerdo con la petición de la UASD. En cambio, el senador por Samaná, Luis Hipólito Fontana dijo estar de acuerdo con que se le consagre la autonomía, pero no el fuero.

Como resultado de la Asamblea se determinó que un grupo estudiaría la proposición de las autoridades universitarias. Un miembro de esos “seleccionados” declaró que tanto la autonomía como el fuero debían mantenerse mediante ley adjetiva. Los demás diputados afirmaron estudiarían la exposición.

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