En la sociedad existen familias con situaciones disfuncionales que fomentan la violencia en los contextos externos

Si hay un tema que está latente en la opinión pública y que cada vez más genera titulares en las noticias, esa es la violencia que impera en centros educativos dominicanos. Para la presidenta del Colegio Dominicano de Psicólogos, (Codopsi), Abril María Arias Taveras, es preocupante saber que solo en este año escolar se han producido más de 24,600 casos de violencia entre estudiantes.

Los casos siguen, pero aún no existen estrategias para frenar este mal, por lo que la también abogada y especialista en derecho administrativo considera que es hora de que las autoridades del Ministerio de Educación (Minerd) se aboquen a realizar un diálogo nacional sobre la necesidad de desarrollar un plan nacional de prevención de la violencia en los centros educativos.

Para la profesional de la conducta humana no basta con revelar dichas cifras, sino que se debe articular un plan de abordaje en el que intervengan actores claves del Estado y de la sociedad civil.

De acuerdo con Arias Taveras, es imperativo que el Gabinete de la Familia adscrito al Poder Ejecutivo, el Gabinete de Niñez y Adolescencia (GANA) y el Consejo Nacional de Niñez y Adolescencia (Conani) puedan formar parte activa del citado plan, dado que la génesis del problema está justamente en la familia.

Es que la familia es el núcleo fundamental; una columna vital donde se forma el individuo y este aprende a relacionarse, a vivir en sociedad y a ser tratado y a tratar de manera adecuada a los demás, manifestó la profesional.

“El comportamiento en la escuela tiene que ver mucho con el tema de la educación en la familia, los roles que juegan los padres y los límites que impongan. En nuestra sociedad existen familias con situaciones disfuncionales, convivencias inadecuadas que fomentan la violencia en los contextos externos, razón por la que se hace urgente intervenir toda la comunidad educativa”, compartió con elCaribe.

Asimismo, indicó que la carencia de paradigmas y pocos referentes sociales relacionados al modo y vía correcta para adquirir bienes materiales, los cuales se adquieren bajo sistemas de corrupción y de impunidad, son realidades que afectan directamente a nuestros niños, adolescentes y jóvenes, quienes tienen como modelos principales a influencers, políticos, comunicadores, entre otros, cuyas fortunas no pueden ser sustentadas con base en el trabajo, el estudio y el mérito personal, elementos tan necesarios para sostener una sociedad sana. “De seguir como vamos, la sociedad se nos irá de las manos”, aseveró.

Añadió: “Hoy día, observamos cómo una gran cantidad de niños y adolescentes están siendo influenciados sin control, algunos por los medios de comunicación, mientras los padres se lanzan en la búsqueda de los medios de sobrevivencia de la familia”.

En otros casos, sostuvo, padres y madres se olvidan de que son responsables de la crianza de sus hijos y se dedican solo y exclusivamente a proyectar su propia imagen, a la competencia desenfrenada del culto al cuerpo y a la proyección del gasto, olvidando que su tarea fundamental consiste en hacer sostenible su primera empresa que es su familia.

Según Arias Taveras, es hora de que el Minerd piense en la conformación de un cuerpo multidisciplinario que cuente con: un psicólogo clínico, un terapeuta familiar, un psicólogo social, psicólogo educativo y escolar, junto a un trabajador social, para que se aborde a la comunidad educativa en su conjunto, porque no solo los estudiantes han mostrado necesidad de atención, sino también el personal docente y administrativo. En ese sentido, expresó que hay padres que no cuentan con herramientas de ningún tipo para abordar los temas de conducta de sus hijos, realidad que afecta directamente a los centros educativos.

En estos casos, Arias Taveras explicó que se debe actuar bajo el principio de coordinación que cita el Art. 138 de la Constitución del 2015. “No es tiempo de protagonismo se deben articular todas las instituciones que lleven temas similares para poder dar respuestas claras y contundentes”, señaló, porque si no se le presta atención al tema de la violencia en las escuelas “vamos a caer en omisión dejando que las pandillas y bandas que operan en centros educativos afecten la conducta por modelamiento de esos niños, niñas y adolescentes que sí están claros de que a la escuela se va a aprender, bajo el tema de que en sus manos está el futuro de la nación”.

Precisó que el 4 % debe también utilizarse para atender a la salud mental de los niños, niñas, adolescentes y los docentes en las escuelas, porque de nada nos sirve una escuela remodelada, si los destinatarios o grupos de interés no están protegidos, ni saben hacia dónde van.

“La violencia es un tema de salud pública, que no sólo está presente en los centros públicos, sino también privados, aunque en este último sector en una escala menor y cuyos hechos no se revelan porque se resuelven internamente y hay menos acceso a las redes sociales”, puntualizó.

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