Cuando el hombre cumple 35 años cuenta con una madurez emocional e idónea para ser papá

Los hombres también tienen una edad óptima para ser padres. Según Ann Benjamín especialista de la conducta, la edad donde el hombre llega a una madurez emocional e idónea para enfrentar la paternidad es a los 35 años. En este ciclo, los padres están más conscientes y asumen la responsabilidad que tienen con propiedad, trazándose metas, alcanzando así, más experiencia en su relación de pareja, lo que les permite tomar decisiones acertadas para la familia.

“La experiencia de tener un hijo debería ser buscada, deseada con ilusión y compartida por la pareja, sustentada por un vínculo estable, y creando las mejores condiciones psico-afectivas que favorezcan un embarazo distendido, relajado y esperanzador”, explicó.

Benjamín expresó que los padres que planifican las llegadas de los hijos pueden fijarse metas financieras para garantizar su educación y su salud.

Ventajas de ser un padre muy joven

Entre las principales ventajas que existen al ser padres jóvenes, según la galena se encuentran:
Fertilidad. A edades tempranas, generalmente no aparecen problemas de fertilidad en la pareja.

Energía. Los padres adolescentes tienen mayor energía que los padres de edades avanzadas, puesto que puede jugar y relacionarse con su hijo de una forma más cercana.

Discernimiento. Al no existir una gran diferencia de edad entre los padres y sus hijos suele existir un mayor entendimiento y sintonía entre ellos.

Desventajas

Rápida madurez. En los casos de padres muy jóvenes o adolescentes la llegada de un bebé a la pareja obliga a que los padres maduren de una forma muy rápida.

Cambio hábitos. La llegada de un bebé conlleva un cambio de hábitos para los padres y de forma mayor en los casos de padres jóvenes quienes deberán poner en segundo plano el salir con los amigos, discotecas, campings, etc. puesto que a partir del nacimiento de su hijo deberán cuidarlo y criarlo.

Gran responsabilidad. La crianza de un hijo es una gran responsabilidad para sus padres y más cuando se trata de padres jóvenes que tienen que realizar un gran cambio de hábitos en sus vidas.

Problemas económicos. Muchos jóvenes tienen dificultades para criar a sus hijos, puesto que no han podido acceder a buenos puestos de trabajo por haber dedicado su vida al nacimiento de su hijo.

Limitación de educación. Generalmente los padres muy jóvenes deciden dejar de estudiar por lo que no pueden educarse ni formarse como lo hubieran hecho si no hubieran tenido a su hijo.

¿La inmadurez de los padres puede ocasionar una crianza conflictiva?

La experta de la conducta aseguró que la sociedad espera que los roles de crianza, caracterizados por el afecto, el cuidado, la protección y el control hacia los hijos, sean asumidos por adultos, dada su madurez y experiencia. Sin embargo, el incremento de padres jóvenes ha rediseñado esa tradición, dejando ver este papel como procesos conflictivos que provocan avances y retrocesos en la evolución de los padres, quienes determinan su vida y sus funciones familiares basados en cambios que pueden afectar también el curso del desarrollo de los hijos”, manifestó Benjamín.

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