En el primer día de clases de los niños en preescolar hay una mezcla de emociones de los padres y los hijos

Llegó el día… Sí, ese momento en el que tienes que llevar a tu hijo pequeño a iniciar un año porque ya es tiempo de su entrada al preescolar, una etapa que va desde los 3 hasta los 6 años de edad. Tarea sencilla no es, lo digo por experiencia, pero será un aprendizaje y un nuevo descubrimiento para padres, hijos y maestros.

Hay varias situaciones que inciden en la dinámica entre el hogar y el colegio. Todo comienza desde la preparación previa, qué llevará su hijo en la mochila, cómo será ese traslado al colegio, escuela o lugar de cuidado, quién lo recibirá, entre otros… Y por supuesto, ¡el momento en que debemos confiar y dejarlo!

Todas esas inquietudes las canalizo con Ivelisse Concepción de Noboa, educadora y directora del Colegio Jesús y María, quien ha acumulado 24 años de experiencia recibiendo desde las tiernas edades de la guardería hasta ver a los jóvenes en el bachillerato.

En esta ocasión centraremos nuestra atención en los que inician el preescolar y le pregunto si existe una preparación previa que deben tener los padres para ir al colegio con sus hijos. La respuesta de Ivelisse es que sí, ya que es importante la comunicación entre padres e hijos en todo momento.

Esta comunicación no se debe postergar para después porque “no entienden aún” pues será este vínculo una gran herramienta para poder guiarlos dentro de un marco de confianza con sus progenitores, lo que a su vez repercutirá en su estabilidad y seguridad emocional.

Concepción de Noboa indica que en el caso particular del inicio de clases hay que explicarle despacio al niño lo que sucederá —que mamá y papá lo dejarán en un hermoso lugar para que aprenda y juegue y que luego lo irán a procurar más tarde—, llevarlo a elegir y comprar los útiles y mochilas, probarle los uniformes en casa, tirarle fotos y cantarle.

“Igual de importante recordarles que deben de obedecer a la maestra, ser amables con los compañeros y merendar. Todo esto ayudará bastante en el proceso y llenará de ilusión a sus hijos”.

Entonces, ¿cómo es generalmente ese encuentro entre los padres que dejarán por primera vez a sus hijos y el profesor o persona que recibe al niño? Concepción de Noboa explica que hay una mezcla de emociones. Los primeros días suelen ser difíciles para los padres y los niños. No es extraño que una lagrimita corra por la mejilla de la madre al dejarlo por primera vez en un centro educativo por más confianza que le inspire.

“Tanto maestros como directores del centro deben cooperar en este proceso y ser pacientes, sabiendo que la prioridad gira en torno al sentir de los alumnos y sus padres, por lo que deben proporcionar todas las herramientas para que esos primeros días fluyan de la mejor manera posible.

Aunque cada padre y familia es diferente, si han explicado y preparado al niño para esa separación, los pequeños nos pueden sorprender. “Hemos visto en el centro, increíblemente, niños que desde el primer día se despiden de mamá y papá con una sonrisa y llenos de felicidad ya que tienen plena confianza de ese amor de sus padres por lo que no temen a la separación momentánea. Existen otros casos que aún preparados —con todos los esfuerzos de sus dedicados padres—, no se sienten listos y lloran, lo que “es totalmente normal y suele ser superado con rapidez”.

“Decía María Montessori que las maestras de preescolar debían ser como ángeles, seres llenos de amor y estoy totalmente de acuerdo con ella. Estas maestras deben tener rostros sonrientes y ser tiernas con los pequeños. Esto es primordial, ya que los niños suelen ser muy sensibles y lo que más necesitan es sentirse aceptados, cuidados y protegidos”, expresó Ivelisse.

“En el caso del llanto que no para, la música y los juegos ayudan mucho; llevarlos al área del playground suele calmarlos. Solicitar a los padres que los procuren más temprano e ir gradualmente ajustando el tiempo”.

La educadora da testimonio de su experiencia de ver a niños adaptados desde el primer día, al igual que a otros que les toma más tiempo; en los casos más difíciles suelen ir cediendo al cabo de 3 días. ¡Cada niño es único y especial!

Ante un niño pequeño entre 3 y 6 años que aún no se expresa bien, ¿cómo podemos los padres motivarles para que entiendan que su colegio es necesario? “Es una práctica muy beneficiosa el introducir los aprendizajes desde la casa. Esto los ayuda a ver la dinámica escolar como algo familiar, parte de sus vidas. Si lo hacemos así, es decir, si nos sentamos con ellos con un cuaderno o libro de dibujos, colores, plastilina, etc., a realizar actividades desde casa, previo a sus inicios, estaremos ayudando en gran medida a su adaptación y a esperar ese gran día con alegría en lugar de miedo”.

Acerca del tema confianza, Ivelisse informa que es de suma importancia elegir centros educativos de los que tengamos referencias de personas conocidas, especialmente cuando se trata de dejar a los pequeños. “Esto junto a la inversión del tiempo debido para conocer a la directora (su trayectoria, creencias y valores) y el plantel, proporcionará a los padres toda la confianza que van a necesitar a la hora de dar este gran paso”.

Y como sugerencia, Concepción de Noboa recomienda a los padres como primer paso —y sin dudas el más importante—, entregarle a Dios el proyecto de insertar a sus hijos en un centro educativo para que sea Él un guía al momento de elegir ese lugar tan especial, y de igual modo, recibir la seguridad y paz necesarias para disfrutar estos momentos que marcarán una nueva etapa tan esperada y necesaria a la vez.

Importante
No dejen de proyectarles a los niños alegría y confianza ante el paso que se avecina, salpicando con canciones y juegos esos momentos de interacción, explicándoles una y otra vez todo lo que les espera. Si seguimos todos estos pasos, ellos, seguramente, ¡nos sorprenderán!

Posted in EstiloEtiquetas

Más de gente

Más leídas de gente

Las Más leídas