Kennedy Space, es el centro que conecta con el mundo de los astronautas, alberga cohetes de más de 360 pies de altura

Al llegar a Merritt Island, Florida, lugar donde se encuentra el complejo de visitantes del Kennedy Space Center (KSC), las personas empiezan a disfrutar de aspectos de la vida silvestre propios de la zona como caimanes americanos y aves nativas, al tiempo que respiran ciencia y tecnología.

Se necesitan de seis a ocho horas para conocer el área que alberga cohetes de más de 360 pies de altura, escuchar explicaciones detalladas de los viajes al espacio, entrar a simuladores para tener experiencias por grupos en áreas como Marte o la Tierra, apreciar exhibiciones interactivas, ver la evolución de los trajes espaciales o tocar una roca lunar.

La inspiración para la apertura de este centro de visitantes del KSC, cuya entrada tiene un costo entre 80 a 210 dólares por persona dependiendo del paquete seleccionado, surgió en 1963 debido al éxito que tuvieron con el programa Mercury, lo que motivó al administrador de la NASA de esa época, James Webb, a preparar visitas guiadas para el público.

Este establecimiento que enseña sobre la ciencia y tecnología de la NASA fue creciendo a medida que iban dando los pasos en la carrera espacial, concibiendo un lugar donde se encuentran tesoros históricos que permiten al hombre actual conocer detalles de cada elemento que posibilitó la tarea.

¿Qué se puede observar durante la visita?

En primer lugar se disfruta del Rocket Garden, el cual posee variedad de cohetes y equipos espaciales de la NASA que impresionan por su tamaño.

Existe una zona llamada Gateway que es el área que contiene los diseños actuales de los modelos de exploración lunar propuestos por diferentes compañías.

Fue increíble ver el transbordador Atlantis, artefacto que voló al espacio 33 veces y viajó 126 millones de millas; y conocer el área de Apollo/Saturno V donde se puede observar el cohete más grande que jamás se haya volado.

Son tantos los aprendizajes que se obtienen en el KSC, pero me impactaron principalmente dos: los esfuerzos por tener la Estación Espacial Internacional donde se encuentra una tripulación de varios países que unidos estudian diariamente incidencias del espacio y la manera en la que ahora se elaboran mapas y se obtienen imágenes en 3D de la superficie de la Tierra.

“Además de contribuir a la producción de mejores mapas, estas mediciones podrían conducir a un mejor control de inundaciones, conservación de suelos, reforestación, investigación de terremotos y monitoreo de volcanes y glaciares”, explica una de las informaciones del área natural y tecnología, en referencia a la misión topográfica del radar del transbordador.

Misión no tripulada Artemis I

En el recinto de Kennedy Space se encontraba publicidad sobre la misión no tripulada Artemis I, la cual se encuentra en proceso para viajar al finales de este 2022 a los alrededores de la luna luego de 50 años de que el hombre la haya pisado, probar el novedoso Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS) y llevar a la nave Orión.

Cierro esta travesía con una frase que me encontré grabada en una pared que al traducirla expresa: “La aventura solo ha comenzado, el programa del transbordador espacial personifica lo que grandes personas pueden hacer y ofrece una idea de la grandeza que se avecina”, Michael Mitchell, ingeniero del transbordador espacial.

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