Los hoteles aumentaron sus costos de inversiones, pero se han visto obligados a bajar tarifas para atraer público

A pesar del estado de emergencia y del toque de queda por la pandemia, los dominicanos están “libres para vacacionar”, porque el turismo siguió su curso desde el 1 de julio. Pero esto no es nada fácil, ni para el vacacionista ni para el sector hotelero que ha tenido que reinventarse y adoptar un protocolo de cara al nuevo coronavirus que azota al mundo, lo que significa inversiones adicionales y cumplimiento de medidas.

“Es muy complicado, ya que el sector turismo es uno de los más devastados por la situación actual del COVID-19 y la consecuente crisis económica que trajo. Además, hay que hacer inversiones adicionales para el protocolo, lo que ha subido nuestro nivel de costo. Es difícil , pero lo estamos logrando”, explica Ramón Romero, director de Ventas de Hard Rock Hotel y Casino Punta Cana.

Fiestas en piscinas y discotecas, buffets, conciertos, juegos, concursos, ejercicios en grupo, etc, formaban parte del paquete de un resort antes de llegar la pandemia. Sin embargo, las pocas cadenas hoteleras que han vuelto abrir se han tenido que reinventar, diseñando alternativas donde se respete el distanciamiento físico, indica Romero, quien habla en base a la experiencia que han tenido como cadena hotelera desde que reabrieron al público.

“Salimos de la caja para inventarnos cosas y que el huésped trate de sentir que está en el hotel con las mismas de antes. Es difícil, puesto que hay que cuidar el distanciamiento y evitar la aglomeración de la gente. Además, nos ha subido los costos, pero hemos bajado tarifas para atraer público”, señala Romero, quien aclara que el turista extranjero no está llegando considerando la situación actual; a esto se le suma la complicación de los vuelos, la realización o presentación de las pruebas PCR en los aeropuertos y el estado de emergencia decretado por el Gobierno dominicano.

“Estamos recibiendo cancelaciones cada semana del mercado extranjero. Lo contrario pasa con el mercado dominicano que está viniendo a vacacionar por la facilidad de estar en su país y estar agotados de estar en casa”, hace reseña.

Protocolo

De acuerdo a Romero, aún hay gente que no sabe que hacer un protocolo contra COVID-19 es súper complicado y es un gran reto, por lo que no asumen la parte de su responsabilidad.
“Nosotros tenemos nuestros protocolos bien establecidos, pero la gente tiene que poner de su parte”, subraya. Dentro de esas medidas están: el uso de mascarillas y guardar el distanciamiento en lugares comunes como la playa y las piscinas.

Desde que un turista llega al hotel comienza a vivir la experiencia de cumplir con nuevas medidas, entre ellas, la desinfección de los carros y el equipaje. Ya en el lobby, y sin que se de cuenta, dos cámaras térmicas le toman la temperatura. Asimismo, hay señalización por doquier, para evitar entre los huéspedes las aglomeraciones y se respete el distanciamiento.

“Obviamente, si llegasen a detectar una subida de temperatura en un vacacionista, se activa otro protocolo donde participan los de seguridad y el personal de dirección del hotel para su aislamiento”, subraya el ejecutivo.

En cuanto a los restaurantes, estos están funcionando a la carta, ya que los buffets están suspendidos. Entre las medidas adoptadas, están: el escaneo del menú y la desinfección de la mesa para los comensales. Por otro lado, en las habitaciones se han quitado muchas amenidades como objetos decorativos, batas y el minibar, este último, permanece vacío. Si se requiere alimentos y bebidas se debe solicitar y recibir en la puerta. “La gente dice “antes tenía esto, y ahora no”. No obstante, lo hacemos por su seguridad”, expresa.

Las medidas también deben ser cumplidas por los colaboradores, quienes tuvieron que formarse durante tres días para adaptarse a los nuevos cambios y retos que representa esta nueva etapa que, según Romero, es temporal.

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