Vuelven las clases y con ellas los famosos piojos

La pediculosis, conocida más comúnmente como los famosos “piojos”, es una de las afecciones más contagiosas junto al resfriado común.

Gánale la batalla a los piojos.
Gánale la batalla a los piojos.

La inesperada llegada de la pandemia impactó en todos los aspectos de la vida cotidiana, sin ir más lejos en los conocidos piojos, una batalla que se repite cada año.

Durante la pandemia, la incidencia de la pediculosis se redujo de manera considerable debido a las medidas sanitarias de distanciamiento social que se establecieron.

A través del Estudio liderado por Cinfa y avalado por la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (SEFAC), se ha demostrado que el 50,7 % de los niños tuvo que lidiar con la batalla de los piojos en algún momento durante los tres años previos a la pandemia.

¿Qué es la pediculosis y cómo se transmite?

La pediculosis, conocida más comúnmente como los famosos “piojos”, es una de las afecciones más contagiosas junto al resfriado común.

Afecta más a las niñas con un 55,8 % frente a un 47,5 % de niños. Julio Maset, médico de Cinfa, indica: “Este hecho se explica porque el cabello largo supone una mayor superficie de transmisión para los parásitos”.

Aunque los piojos pueden contagiarse de diversas maneras, la más habitual es por contacto directo, cabeza con cabeza, ya que no saltan ni vuelan, sino que se desplazan.

¿Cómo saber si mi hijo tiene piojos?

Piojos
Piojos

El signo de alerta más frecuente a la hora de detectar si hay piojos es el picor. Va acompañado de la necesidad persistente de rascarse, que suele presentarse entre la primera o cuarta semana después de infestarse.

A pesar de ser un síntoma bastante molesto, no es peligroso para la salud. Puede causar ciertas lesiones en el cuero cabelludo, como una pápula rojiza (pequeña hinchazón). El estudio también recoge que en casos muy poco frecuentes podría provocar una infección bacteriana.

Ante cualquier sospecha, es necesario inspeccionar el cabello y utilizar una lendrera para comprobar si hay una infestación.

En caso de que el diagnóstico se confirme y haya presencia de parásitos, es importante que el resto de miembros de la familia utilice un repelente de forma preventiva. Además, de que se mantengan alejados de la persona infestada.

La pediculosis afecta psicológicamente tanto a los niños como a sus padres

Según el estudio, los estigmas sociales juegan un papel fundamental, convirtiendo la afección en un tabú. Mucha gente sigue pensando que el hecho de tener piojos está asociado con la falta de higiene, una creencia arraigada pero falsa, puesto que no tiene que ver con clases sociales ni estatus económicos.

La falta de normalización del problema conlleva a que los brotes se extiendan y se agrave la situación, ya que muchas familias ocultan esta información por vergüenza.

Otro contratiempo es el absentismo escolar que se produce cuando se descubre que el niño o niña está infestado. Así como la dificultad económica que supone para muchas familias debido al elevado precio que tienen estos productos.

Con prevención, gana la batalla a los piojos

Según la investigación, nueve de cada diez familias aplican un tratamiento para combatir los piojos, pero sin embargo, solo un 17 % logra hacerlo correctamente.

“Los datos revelan que las infestaciones de piojos son ahora más frecuentes y difíciles de tratar debido a un incremento de las resistencias, generadas, la mayor parte de las veces, por una incorrecta aplicación del producto”, sostiene el experto.

El doctor Maset recomienda diez consejos para que ganarles la batalla no sea un problema.

  1. Conoce a tus enemigos.
  2. Ante todo, precaución. Si hay casos a tu alrededor, revisa el cuero cabelludo de toda la familia con una lendrera y utiliza un repelente.
  3. Aprende a pasar la lendrera correctamente. Se hace mechón a mechón, desde la raíz a las puntas, e incidiendo en la nuca y tras las orejas.
  4. Si confirmas que hay piojos, avisa al colegio y al resto de tu entorno.
  5. Elige el tratamiento adecuado. Ten en cuenta en todo momento las indicaciones del farmacéutico, o del pediatra si se trata de niños menores de dos años.
  6. No confíes en tratamientos caseros.
  7. Sigue al pie de la letra las instrucciones del pediculicida.
  8. No utilices el secador, ya que el calor inactiva el efecto del pediculicida.
  9. Extrema la higiene en casa. Es importante lavar peines, ropa y accesorios con pediculicida o agua muy caliente (60º).
  10. Vigila la cabeza de tus hijos en días posteriores. Si es necesario, reaplica el producto a los siete días.

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