¿Qué tanta azúcar comemos los dominicanos?

La oposición de los fabricantes difundida por los medios de comunicación, volcó atención al proyecto de ley que crea un impuesto de 20% a las bebidas azucaradas, de la autoría del médico y diputado del PLD, Juan Carlos Quiñones.

La oposición de los fabricantes difundida por los medios de comunicación, volcó atención al proyecto de ley que crea un impuesto de 20% a las bebidas azucaradas, de la autoría del médico y diputado del PLD, Juan Carlos Quiñones.Y en ese marco debemos preguntarnos qué tanta azúcar comemos los dominicanos por día y cómo está ese consumo asociado al incremento de la diabetes y la obesidad.
Tal pregunta es una incógnita porque el Estado dominicano no investiga sobre los hábitos nutricionales del país. Quizá esta iniciativa legislativa pudiera sentar bases para que eso cambie.

De convertirse en ley, representaría, por un lado, la adscripción nacional a recomendaciones taxativas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre desincentivar el consumo de bebidas azucaradas, fuentes excesivas de calorías vacías.

La OMS dice “la ingesta de azúcares libres, entre ellos los contenidos en productos como las bebidas azucaradas, es uno de los principales factores que está dando lugar a un aumento de la obesidad y la diabetes en el mundo. Si los gobiernos gravan productos como las bebidas azucaradas pueden evitar el sufrimiento de muchas personas y salvar vidas. Además, se reduciría el gasto sanitario y aumentarían los ingresos fiscales, que se podrían invertir en los servicios de salud”.

Pero sobre todo, sería el precedente del Estado dominicano aplicando una medida directa de nutrición preventiva.

En nuestro país no se aplican políticas nutricionales pese a que las enfermedades no transmisibles: diabetes, obesidad, cáncer, cardiopatías, son la mayor causa de muerte y están eminentemente relacionadas con los hábitos de alimentación.

Carecemos de parámetros esenciales en naciones civilizadas, tales como la composición nutricional de los alimentos que más consumimos; objetivos nutricionales nacionales; guías sobre ingestas adecuadas de nutrientes; educación nutricional.

Se han enfatizado en la reducción del hambre, la seguridad y soberanía alimentarias, con apreciable éxito, valga resaltar. Pero en materia de políticas nutricionales orientadas a promover salud y bienestar poblacional, estamos a la deriva. No se le pregunte al Estado dominicano cuánta azúcar consumen al día sus niños; ni el promedio de ingesta de grasa saturada o sal entre los distintos segmentos poblacionales. Lo desconoce. Ha obviado su competencia en materia nutricional, dejándola al ámbito individual, lo que auspicia un colectivo diezmado por la enfermedad. Sin salud no hay felicidad y la salud empieza por alimentación consciente. Hora de que el Estado dominicano aplique políticas nutricionales.

Posted in Edición Impresa, Gente

Más de edicion-impresa

Más leídas de edicion-impresa

Las Más leídas