Una defensa sofocante

Mucho se habla de la capacidad anotadora de los Warriors de Golden State. Y con sobrada razón, ese conjunto merece elogios por su alto desempeño ofensivo.

Mucho se habla de la capacidad anotadora de los Warriors de Golden State. Y con sobrada razón, ese conjunto merece elogios por su alto desempeño ofensivo. De todas formas, la defensa es lo que gana coronas y la escuadra de Steve Kerr ha incrementado su ejecución en este aspecto vital del juego, llegando a niveles sofocantes para la oposición.

No pretendo llenar este espacio con números que, sin lugar a dudas, confirman lo antes expuesto. Prefiero centrarme en testimonios de partidos en esta postemporada en los que Golden State ha sido un muro de contención, una especie de promontorio que sus rivales no han podido derrumbar.

Por ejemplo, la serie ante Utah, una barrida inmisericorde de Golden State. Hurgando en la web me encontré con este dato: en los cuatro partidos, el Jazz estuvo arriba en el marcador por un total de 11 minutos y 55 segundos.

¿Los Warriors? 181.05, según SBNationNBA.

Si bien es cierto que los Cavs anotaron apenas 91 puntos en el primer encuentro de la final, también hay que reconocerles que llegaron a 113 en los dos siguientes, solo que Golden State los aplastó en el segundo con 132 tantos y en el tercero marcó 118.
Es precisamente sobre el último al que quiero hacer referencia: Cleveland fue anulado en los tres minutos finales de acción. Se les negó el aro con actuaciones estelares de Klay Thompson, Andre Iguodala, mientras sus demás compañeros hacían un gran trabajo de comunicarse y no dormirse.

Eso facilitó bastante un regreso de antología de la tropa, liderado por Kevin Durant, que tiene al equipo a un paso de la corona y de hacer historia si logra terminar invicto con foja de 16-0.

Los Warriors meten la pelota, pero defienden mucho mejor.

Apunte esto

Stephen Curry ha tenido una señora serie final…LeBron James marcha fiel a su costumbre: haciendo de todo y más, pero Golden State es una maquinaria imparable…Steve Kerr no se ha dormido y cuando ve que su equipo se sale del ritmo establecido, aún esté arriba en el marcador, pide tiempo.

Posted in Edición Impresa, Gran Slam

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