Una medida que las autoridades deberían reconsiderar es el cierre de los gimnasios. La población se ejercita y a la vez bota el estrés en ellos, algo ahora más necesario que nunca. También son negocios con empleados y compromisos financieros que están en peligro de quiebra y desaparición, lo que no conviene al país en general y al Gobierno en particular.

Los gimnasios fueron cerrados de nuevo ante el aumento de los contagios pero se entiende que si cumplen los protocolos sanitarios, incluyendo evitación de aglomeraciones e imposición de uso de mascarillas, pueden funcionar, tal cual otros negocios. Relacionados y familiares míos que van a gimnasios y no se ha contagiado de COVID-19, dan fe de ello.

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