Mi experiencia con el décimo censo nacional de población y vivienda ha sido extraña. El viernes pasado los empadronadores se asomaron finalmente por mi barrio. En mi caso fui entrevistada por una joven: nombre, cédula, edad, lugar de nacimiento, nivel educativo, residentes de la vivienda y otras más preguntas. Como me parecieron muchas interrogantes y además me esperaban compromisos laborales, le inquirí si faltaba mucho. Tras responder afirmativamente, indicó un fallo en el dispositivo electrónico utilizado. Salió de casa para buscar solución con su supervisor, según dijo, y regresar para concluir. No volvió. Ahora ignoro mi estatus, ¿fui censada o no? ¿Cuántos casos más hay como el mío?

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