Como resaltó el ministro de Trabajo Luis Miguel De Camps, ayer en El Caribe, la pandemia del covid-19 forzó al país a montarse en el tren del teletrabajo; pero de no haber sido por eso hubiera tomado años alguna reforma para instaurarlo formalmente, aunque es modelo laboral conveniente, globalizado. Esa es la experiencia nacional históricamente: toma años planificar o incorporar cambios estructurales porque conciliar intereses particulares a favor de los colectivos y fomentar mejoría mayoritaria, es pesaroso, cuento de nunca acabar. El coronavirus al menos debería variarnos la perspectiva por fin, en todas las áreas; debemos ser menos tradicionalistas y temerosos de cambiar. Como dice la máxima, haciendo siempre las cosas de la misma manera nunca se tendrán resultados distintos.