El Gobierno debió prohibir viajes particulares al interior y aun así intentos no faltan. Más de 20 mil ciudadanos han violado el toque de queda. En Santiago, buhoneros desafiaron el cierre de un mercado y se instalaron en vías aledañas. Notas del desorden nacional; nuestra arraigada tendencia a desacatar normas públicas, en medio de la grave situación sanitaria actual. Quizá lo de los buhoneros tenga cierta justificación: sobrevivencia. Los demás denotan nuestro individualismo, indolencia social y escaso civismo. Más que cuestión de pobreza o falta de educación, esto es efecto de la falta de modelos. La histórica carencia de dirigencia política y comunitaria que la población asuma plenamente como ejemplos honestos de visión, guía y conducta colectiva, tiene mucho que ver. l

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