Quedó oficialmente como robo lo que estuvo detrás de la horrenda matanza perpetrada el pasado lunes en Dajabón. Fue un caso neto de inseguridad ciudadana, un hecho de sangre que el Ministerio de Interior tendrá que registrar como homicidios cometidos por delincuentes en ocasión de delito contra la propiedad, los que le afectan directamente. Pero choca que esos delincuentes, una banda de dominicanos y haitianos, cometieran esa matanza simplemente por robo. Es para preguntarse qué necesidad tenían de hacer eso para quitarles sus pertenencias a unos ciudadanos. Delincuentes y asesinos, la combinación más peligrosa. Duro golpe a la seguridad ciudadana y a las autoridades llamadas a preservarla.

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