El FBI y el Departamento de Estado de Estados Unidos corroboraron los informes locales. Tal como dijeron la Procuraduría y el ministerio de Turismo, las muertes de turistas estadounidenses “misteriosas”, según medios extranjeros, fueron fallecimientos naturales. Episodio concluyentemente cerrado; continúe la industria turística su avance, tomando provecho de los aprendizajes que la crisis generó. Una reflexión obligatoria gira alrededor del desafío de fomentar credibilidad, en respaldo de la marca República Dominicana. La suspicacia generalizada pende sobre ellas y sus actos, como secuela de la corrupción y debilidad generalizada de nuestras instituciones. Esta situación repercute negativamente en nuestra imagen externa. Buena imagen del país, favorable al turismo y la inversión, también precisa cultura de transparencia institucional.

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